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La crueldad y la falta de respeto hacia la vida y a la propiedad privada siguen siendo el método empleado por los criminales del EPP en el norte del país, lo cual quedó demostrado tras el nuevo ataque perpetrado ayer en la estancia El Ciervo, en el departamento de San Pedro.
Los colonos que viven en la zona, sin especificar nombres, por temor a represalias, lamentaron tener que vivir en esa situación en que arriesgan sus vidas y las de sus familiares y se hacen la siguiente pregunta: "¿Hasta cuándo seguiremos así, secuestrados por el temor?". Pidieron a las autoridades poner fin a estos criminales y así poder trabajar como antes, en absoluta tranquilidad.
Los miembros del EPP nuevamente ingresaron ayer a un establecimiento, tomaron de rehenes a un colono menonita y a sus dos hijos menores, alrededor de las 13:00. Posteriormente, redujeron a un grupo de peones paraguayos que llegó al lugar horas después, alrededor de las 16:00 y les entregaron un escrito con sus amenazas de siempre, para posteriormente quemar dos pequeños tractores, un automóvil antiguo y una motocicleta.
Luego de ser liberadas, ya en horas de la noche, las víctimas fueron hasta el Ministerio Público en Santa Rosa del Aguaray, donde comunicaron el hecho y entregaron el panfleto. La Fuerza de Tarea Conjunta, por su parte, se movilizó recién esta mañana, 17 horas después del ataque. Sin embargo, para los investigadores los que perpetraron el hecho ayer serían supuestos “imitadores” del grupo criminal.
Una vez más, los miembros de la FTC pretenden ocultar con dicho argumento su falta de resultados y el fracaso en su lucha contra los criminales. Hasta el momento se maneja que cuatro hombres vestidos con ropa de camuflaje y que se identificaron como miembros del EPP ingresaron a la estancia. Esto ocurre después de una semana de haber perpetrado el ataque contra la torre de la ANDE en la localidad de Tacuatí.
Los delincuentes se desplazan tranquilamente por el departamento de San Pedro y Concepción, teniendo secuestradas a dos personas: el suboficial Edelio Morínigo y el colono Abrahán Fehr. El establecimiento atacado se encuentra 20 kilómetros de donde fueron asesinados los suboficiales Adalberto Candia Sanabria, de 44 años de edad, y Egidio Ramón Chávez, de 32, en julio pasado. En la ocasión, los criminales también incendiaron la patrullera en la que se desplazaban los agentes.