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En Europa, un vehículo a diesel circula alrededor de 2.000.000 de kilómetros antes de necesitar repuestos en la parte de la bomba inyectora e inyectores. El mismo vehículo en Paraguay llega – con suerte – a los 250.000 kilómetros antes de necesitar repuestos.
“Es evidente que es por el tema de combustible, la calidad de los componentes es la misma acá y en Europa, solo varía el combustible”, explicó Carlos Sevilla, dueño de la distribuidora de motores, bombas y turbinas MBT. Al año, los paraguayos gastan alrededor de 500 millones de dólares, solamente en repuestos de inyectores.
Si bien no existen estadísticas al respecto, los expertos calculan que el problema inicia desde la planta de provisión de gasoil. En Paraguay, el único importador de gasoil Petróleos Paraguayos (Petropar), donde ya se detectaron cargas de combustible basura y cancerígeno.
En el proceso de distribución, el diesel se va adulterando aún más. Durante la infame práctica de “ordeñe”, el combustible es nuevamente adulterado, disminuyendo el índice de cetano y convirtiéndose en un combustible de mala calidad, agregó el ingeniero Miguel Barrios, jefe de la planta.
“Tenemos el combustible más caro que en cualquier parte del mundo, además del gasto impresionante en la compra de insumos para la reparación… Es una erogación inmensa del dinero que va al exterior a consecuencia de la mala calidad de combustible”, lamentó Barrios.
Los vehículos que más se ven afectados son los nuevos modelos, ya que estos vienen preparados para un combustible altamente superior, al ser más eficiente y menos contaminante. Sin embargo, al encontrarse con una combustión sucia, las piezas de las máquinas se van deteriorando rápidamente.
Finalmente, el usuario es el que más sale dañado por el gasoil basura. Además de los costos, la combustión del combustible trae consigo la contaminación del medioambiente, incluyendo un grave deterioro a la calidad del aire.
A pesar de tener que cargar con los efectos nocivos, el usuario no tiene posibilidades de elegir, ya que los expertos consideran que la mayoría del diesel comercializado en el país está adulterado. “El usuario no tienen ninguna posibilidad, lo máximo que puede hacer es comprar un buen filtro de combustible y cambiarlo regularmente”, sostuvo Barrios.
Actualmente, el Instituto Nacional de Tecnología y Normalización (INTN) realiza controles esporádicos y tiene planes de verificar la calidad del combustible desde su origen. Sin embargo, ambos expertos coincidieron que es necesario un plan nacional e integrado de control de la calidad del combustible, desde los tanques de Petropar hasta las distribuidoras.
Para el 2015, el 95 por ciento de las máquinas funcionarán a base de una calidad superior de diesel, conocida como Diesel Euro 5, según proyecciones de los mayores productores de vehículos. En Paraguay, la calidad de combustible en Paraguay apenas llega a la escala Euro 1.