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Las mismas fuentes indicaron que Escurra ya estaría coordinando su banda y que, a pesar de que estaba detenido, nunca dejó de operar en el envío de drogas al mercado brasileño.
El cuestionado juez pasó por alto los informes provenientes de las autoridades policiales brasileñas, que señalan que el ahora liberado narco es uno de los mayores proveedores de marihuana al mercado brasileño.
Los agentes brasileños del Grupo de Lucha contra el Crimen Organizado (GAECO) precisaron mucho tiempo para descubrir el modo que operaba el narco paraguayo, a través de escuchas telefónicas que Escurra mantenía con un narco preso en Brasil; así pudieron descubrir las rutas y la cantidad de envíos que realizaba Escurra desde Capitán Bado hacia el Brasil.
A pesar de todas estas informaciones acercadas por las autoridades brasileñas que buscan la detención de Escurra, el juez Leongino Benítez indicó que no se tenía pruebas de que Barón Escurra sea un narcotraficante.