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“Los fósiles son una ventana al pasado más remoto de la evolución de la vida en nuestro planeta, proceso del cual los seres humanos, por supuesto, formamos parte”, dijo Piñeiro, en una carta dirigida a las autoridades en Paraguay, donde apoya la expedición científica encabezada por la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNA.
La experta explicó que los restos fósiles muestran “una ínfima parte de aquellos organismos que han vivido en el planeta” pero que “su estudio nos ha permitido reconstruir la historia más antigua de la Tierra y de los eventos que marcaron hitos en la colonización y evolución de la vida en la tierra”.
Agregó que además del valor histórico, los fósiles tienen utilidad en las proyecciones que se realizan en base a modelos, “sobre los fenómenos que llevarán a la permanencia, cambio o desaparición de ciertos ecosistemas, en el futuro más cercano”.
“Tal visualización es, o debería ser, aplicable en la prevención de determinados procesos que podrían afectar seriamente la biodiversidad del planeta de una manera irreversible”, dictó el documento.
Recordó que a través de restos fósiles, los científicos identificaron cinco eventos de extinción masiva “y los procesos que los desencadenaron podrían volverse a repetir”.
Este martes el grupo de especialistas abortaron la expedición para rescatar al fósil del oso perezoso ya que el Municipio de San Lázaro solicitó que los fósiles permanezcan en la municipalidad local, sitio que no está equipado para la preservación del valioso material científico, según los expertos.
Los fósiles del oso perezoso gigante, hallado en agosto del 2011, necesitan urgentemente ser rescatados de la caverna Risso donde se encuentran para luego ser trasladados a un laboratorio especializado según establecen las normas internacionales de conservación. En Paraguay solo dos sitios están equipados para tal efecto, y la Facen es uno de ellos.