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Filizzola, en las líneas del comunicado manifiesta que tras el atentado en Arroyito, donde integrantes del grupo criminal EPP ejecutaron este sábado a ocho militares de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), “el presidente Cartes ha respondido como siempre, con soberbia, sin asumir error alguno, sin anunciar cambios ante los reiterados fracasos de una política que ubica a su Gobierno como el que más favoreció la consolidación de esta organización”.
En otro párrafo del escrito hizo mención a que tanto el Mandatario y “sus voceros acusan a opositores” que critican constantemente la política de seguridad del gobierno de turno, “de tener vínculos con los terroristas”. Criticó que Cartes y su entorno estén “más preocupados por proyectos electorales que por la seguridad de la gente”.
Señaló que debido a esa distracción política “no dudan en hacer denuncias infundadas y temerarias, pero al mismo tiempo sumamente graves”, en las que vinculan a los principales referentes de la izquierda paraguaya con la agrupación criminal EPP, tales como Fernando Lugo, Camilo Soares, y a su persona.
En ese sentido cuestionó duramente que el Presidente de la República, “en medio del luto y dolor de todo un pueblo”, cuando se necesita un estadista que lleve a consensos para enfrentar la situación, “sigue con su lógica electoral de amigos y enemigos que marcó estos tres años de Gobierno”.
Pone en tela de juicio manifestando: “cuando el Gobierno acusa a opositores de vínculos con terroristas, ¿cómo queda la seguridad de estas personas? Si a alguno le pasa algo en un ‘confuso episodio’, ¿cuál va a ser la versión de las autoridades? ¿Estaban en cosas raras?”
Filizzola calificó de “ridículas y temerarias” las afirmaciones hechas por el Presidente, y “por estas razones, le exijo a Horacio Cartes que denuncie penalmente a quienes según su Gobierno tienen vínculos con esta organización criminal, que asuma responsablemente sus propias acusaciones” y las de sus voceros.
El autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) asesinó este sábado último, aproximadamente a las 09:00, a ocho militares de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), en la localidad de Arroyito, Horqueta, departamento de Concepción. Esto, poco después de que los efectivos salieran de su destacamento del asentamiento Núcleo 6.
El vehículo fue neutralizado con una bomba detonada a distancia por un comando del EPP, que utilizó una jeringa adherida a una batería para generar la corriente transmitida por el cable conectado al artefacto casero. El rodado no pudo avanzar, ínterin en que aparecieron, desde el monte, los miembros del EPP.
Los primeros en ser asesinados fueron los seis uniformados que estaban en la carrocería cubierta por una carpa, el sargento primero Robert Fabián Cañete Pereira, el sargento primero Éder Ramón Arias Cáceres, el sargento primero Hugo Alberto Candia Benítez, el vicesargento primero Genaro de Jesús Arias Palacios, el vicesargento primero Pablo Farías y el sargento segundo (soldado profesional) Sergio Daniel López.
Simultáneamente, los dos efectivos que iban en la cabina, el suboficial principal Lucio Dejesús Torrasca Galván, quien manejaba el camión, y el subteniente Félix Fernando Fernández Duarte, quien era el jefe de patrulla, lograron salir del habitáculo y se parapetaron en un charco, al costado del camino. Estos fueron rematados por los criminales.