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Las condiciones climáticas actuales de lluvias constantes y crecidas de ríos son sumamente desfavorables para proyectar secuelas que incluyan a El Niño, que según mediciones de organismos de todo el mundo, es muy probable que se manifieste.
La combinación de ambos fenómenos puede ocasionar un desastre similar a lo ocurrido en el '83, reiteró Benjamín Grassi, director de la carrera de Meteorología de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), en conversación con ABC Color.
Hay un 80% de posibilidades de que El Niño se manifieste este año, al término del invierno o al inicio de la primavera, explicó.
Este fenómeno aparece cada cuatro a siete años y se trata de un calentamiento de las aguas del Océano Pacífico, que altera el clima a nivel mundial, especialmente la zona del Pacífico Tropical, donde está Paraguay.
Lo que está por determinarse es que si este año se tratará de un fenómeno de intensidad baja, moderada o fuerte, comentó. Esto se sabrá con mayor precisión recién entre julio y agosto, dijo.
Si el fenómeno es fuerte, al combinarse con las condiciones actuales, desembocaría en una gran inundación como la de hace 31 años.
Por su parte, la crecida de los ríos responde a un fenómeno cíciclo que se presenta cada cinco a diez años. En algunas ocasiones, llegan a ciertos extremos, como ocurre este año, pero sin alejarse de lo esperado.
Recordó que en 1983, 1988, 1994, 1997 y 1998, el río Paraguay creció a alturas significativas, muy cercanas a las que llegó ahora. “Ya tuvimos eventos iguales o peores; el fenómeno se produce con cierta frecuencia”, resaltó.
El Niño, una vez desarrollado, hará que llueva en cantidades fuera de lo habitual, desde la primavera de este año hasta el siguiente otoño, es decir, por casi un año completo.
Esto no quiere decir que lloverá todos los días, sino que la acumulación de lluvias al terminar ese periodo será superior en comparación con años anteriores, cuando no se manifestó El Niño.
De acuerdo a un conteo de Unicef, hay unas 300.000 personas que han sido afectadas por las crecidas de los ríos en todo el país. Las inundaciones causaron estragos principalmente en Asunción, Ñeembucú y el Chaco.