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En la entrevista concedida a Folha.com, Tranquilo Favero se considera un paraguayo, relatando al medio que se naturalizó hace 25 años y que hace 42 años vive en el Paraguay.
Pese a esto, confiesa que no habla guaraní porque cuando se tiene dinero no hace falta. "Un amigo me dijo que no necesito aprender el guaraní si tengo muchos de ellos en el bolsillo", contesta Favero a la consulta.
El sojero también fue indagado por la periodista Laura Capriglione, quien le consultó si realmente tiene un millón de hectáreas, pero no respondió. "Ellos quieren ponerme el rótulo de latifundiario gringo de mierda, tengo menos tierras". "¿Cuántas?", le insiste, pero Favero no responde.
Entre otras de sus inquietantes declaraciones, elogia la dictadura de Alfredo Stroessner indicando que en aquella época el país era más seguro. "En aquella época se podía dormir con la ventana abierta y nadie te robaba. Estamos empeorando desde entonces", señala.
Favero continúa la nota señalando a los "carperos" como delincuentes con quienes es inútil tratar con diplomacia, "porque ellos deben ser tratados como mujer de malandro que solo obedece a base de palo". También expresa que los mismos quieren trabajar con "un sistema de carros a bueyes usados en la época de mi abuelo. Hoy, si no se puede competir en el exterior, moriremos. Uno no es dueño del precio del producto, los precios vienen de afuera, estamos obligados a ser eficientes", dice.
Finalmente, el sojero cuestionado por los "carperos" expresa que odia la pobreza y que no cree que hay que dar limosna a gente sana, ni en los milagros, aunque se describe a sí mismo como un católico.
"Soy católico, pero si me arrodillo frente a un salame rezando 'Padre nuestro que estás en el cielo' muero de hambre. El salame no vendrá", finaliza.
Pese a esto, confiesa que no habla guaraní porque cuando se tiene dinero no hace falta. "Un amigo me dijo que no necesito aprender el guaraní si tengo muchos de ellos en el bolsillo", contesta Favero a la consulta.
El sojero también fue indagado por la periodista Laura Capriglione, quien le consultó si realmente tiene un millón de hectáreas, pero no respondió. "Ellos quieren ponerme el rótulo de latifundiario gringo de mierda, tengo menos tierras". "¿Cuántas?", le insiste, pero Favero no responde.
Entre otras de sus inquietantes declaraciones, elogia la dictadura de Alfredo Stroessner indicando que en aquella época el país era más seguro. "En aquella época se podía dormir con la ventana abierta y nadie te robaba. Estamos empeorando desde entonces", señala.
Favero continúa la nota señalando a los "carperos" como delincuentes con quienes es inútil tratar con diplomacia, "porque ellos deben ser tratados como mujer de malandro que solo obedece a base de palo". También expresa que los mismos quieren trabajar con "un sistema de carros a bueyes usados en la época de mi abuelo. Hoy, si no se puede competir en el exterior, moriremos. Uno no es dueño del precio del producto, los precios vienen de afuera, estamos obligados a ser eficientes", dice.
Finalmente, el sojero cuestionado por los "carperos" expresa que odia la pobreza y que no cree que hay que dar limosna a gente sana, ni en los milagros, aunque se describe a sí mismo como un católico.
"Soy católico, pero si me arrodillo frente a un salame rezando 'Padre nuestro que estás en el cielo' muero de hambre. El salame no vendrá", finaliza.