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Ovidio Riveros, hermano del sargento 1º agropecuario Pedro Rodrigo Riveros Rojas (27), cuya desaparición se denunció ayer por la mañana, dijo que él se había puesto en contacto el sábado último con la madre de ambos. En esa comunicación no le informó de problema alguno y él “estaba demasiado bien”, detalló.
“Él estuvo en toda la semana (de guardia en el BNF de Campo 9). Él habló con mi mamá el sábado por la tarde. Estaba todo bien. Cada día de por medio habla con mamá. Él estaba demasiado bien”, dijo Ovidio Riveros. Asimismo, contó que Pedro Riveros fue miembro de la Fuerza de Tarea Conjunta hasta hace un mes.
“En teoría, calculamos que el lugar donde le trasladaron era perfecto, porque no había tanto peligro como en el Norte”, explicó. En otro momento, manifestó que se trasladará junto con su familia hasta Campo 9 para saber si la Policía efectivamente está buscando a su hermano, dejando un atisbo de duda hacia los efectivos de seguridad.
Pedro Rodrigo Riveros Rojas (27), domiciliado en la ciudad de Altos, estaba asignado al resguardo de la sucursal del BNF de Campo 9 junto al sargento 1º Julio Olmedo y el sargento ayudante Miguel Vallejos, quienes prestan servicios en la Tercera División de Caballería, según informó la Policía.
Aparentemente, el fin de semana, Riveros fue designado internamente por sus camaradas para quedar de guardia, pero la mañana de ayer, cuando los dos militares regresaron, no lo encontraron. Inmediatamente, verificaron la casa que ocupaban en la parte posterior de la sede bancaria. Allí, los uniformados hallaron el uniforme de Riveros, a más de su pistola y la billetera con todos los documentos personales y dinero en efectivo, mientras que su vehículo estaba estacionado en el garaje de la propiedad.
En la habitación no se encontraron rastros de violencia; luego, se confirmó que dos fusiles M 16, a más de tres cargadores y un lote de cartuchos del mismo calibre, también habían desaparecido del lugar, por lo que efectuaron la denuncia en la comisaría jurisdiccional. Agentes de Criminalística verificaron el sitio y levantaron varias evidencias como huellas dactilares, que podrían confirmar la presencia de extraños en el sitio de donde desapareció el uniformado.