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La gavilla del EPP, desde que se distanció de la capital y se internó en los bosques del norte del país, agrandó sus costos de vida, por eso es que saquean retiros y estancias, pero sus ingresos más importantes siguen proviniendo de los secuestros.
Desde que estos criminales se fortalecieron en el Norte realizaron tres secuestros que les generaron muy buen dinero.
Desde el secuestro de María Edith de Debernardi hasta el de Arlan Fick, el EPP recaudó US$ 2.530.000.
Todo ese dinero fue destinado a fortalecer el brazo armado de la gavilla, que es el que se encarga precisamente de saqueos, muertes y secuestros. Es el ala que siembra el terror y que también recluta a los nuevo miembros.
Otra parte del dinero va para su logística y también se habla de que un porcentaje del cobro de los rescates va a Colombia, a manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El secuestro sigue siendo la fuente de ingresos más grande que tiene el EPP y es la forma más segura de recaudar, ya que los organismos de seguridad son siempre rebasados por este grupo criminal.
Una prueba de eso es que en todos los hechos de secuestro los delincuentes cobraron la totalidad del dinero que pidieron, sin que se vuelva a recuperar el botín.