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“Estuve frente a frente al señor (Manuel) Cristaldo Mieres, el delincuente más buscado del país, también con otros secuaces que estuvieron en el rezo la última vez en mayo. Nosotros estuvimos rezando por los dos años de la muerte de mi hermano. Estos guerrilleros de mierda estuvieron ahí presentes en la oración de mi hermano. ¿Dónde estaban las Fuerzas (de Tarea Conjunta), absolutamente han brillado por su ausencia; no teníamos ninguna seguridad, imagínese un poco cómo se vive en Tacuatí. Es una barbaridad, ellos andan tranquilamente”, afirmó este viernes Ramón Lindstron, hermano del ganadero Luis Lindstron, en contacto con radio R800 AM.
Luis Lindstron fue secuestrado por el grupo criminal autodenominado EPP en el año 2008, quedando en cautiverio durante casi dos meses. El ganadero reconoció años después del secuestro que, a pesar de haber pagado el rescate, los criminales seguían extorsionándolo. Finalmente, el compatriota fue asesinado el 31 de mayo de 2013 por miembros de esta banda.
Ramón Lindstron cuenta ahora que en mayo pasado, durante el rezo en memoria de su hermano asesinado, los criminales estuvieron allí, a metros de ellos. Con la voz quebrada, describió el hecho como una barbaridad y dijo que en el Norte desconocen el trabajo de lo que para ellos no pasa de un supuesto, en referencia a la FTC.
Afirmó que falta voluntad por parte del Gobierno para acabar con el problema. “Mis sobrinas están ahí, están trabajando, están procurando sobrevivir dentro del mal que existe ahí, en ese lugar procuran convivir. Esa es la realidad del caso, cada día es un poco peor, no ha mejorado absolutamente nada, eso de asistencia del Gobierno es mentira; procedimiento del Gobierno es mentira, que se que persigue a esos tipos es mentira; que viven (los miembros del EPP) tranquilamente golpeando a la gente inocente, sí, que andan secuestrando, sí, que andan asesinando, sí, esa es la verdad de las cosas”, aseguró y pidió que la prensa no abandone a los pobladores de la zona, que no tienen a quien recurrir.
“¿Qué democracia es ésta?”, se preguntó tras enfatizar el dolor que significa enterrar a una persona de bien, a un trabajador como su hermano, y tener que vivir en una zona que se rige cada vez más por las normas impuestas por los criminales.