Cargando...
Agentes antimotines con escopetas, junto a los de Investigación de Delitos con sus armas reglamentarias, actuaron en conjunto durante las primeras horas del sábado, cuando ingresaron irregularmente al local del Partido Liberal Radical Auténtico, según las imágenes captadas por la cámara de ABC Televisión.
Las imágenes demuestran que el allanamiento irregular se desarrolla en todo el edificio del local partidario. En la secuencia que mencionamos se puede ver a un policía del escuadrón antimotines, con su uniforme azul y portando una escopeta, que rompe uno de los vidrios de la puerta de un baño y comienza a disparar; se escuchan dos detonaciones. Tras los disparos, los agentes de Investigación de Delitos patean la puerta y gritan amenazantes ordenando que le abrieran.
Los que se encontraban agazapados en la pequeña habitación abren la puerta y el primero en salir es el diputado Eusebio Alvarenga; con él estaban su sobrino David Alvarenga (25), César Balbuena (exintendente de Santa Elena, Cordillera), Cristian González (apoderado del PLRA) y al menos otras cinco personas más. Todos son obligados a ponerse “cuerpo a tierra” en el estacionamiento de la sede, incluso el parlamentario que informaba a los agentes que era un legislador. Posteriormente, levantan a Alvarenga y lo llevan a la calle.
Según el relato de uno de los protagonistas de este hecho, el apoderado del PLRA Cristian González, al escuchar los disparos, los que se encontraban en el patio de la sede partidaria corren a esconderse y él junto con ocho personas ingresaron al baño de mujeres.
"Nos encerramos y dijimos 'silencio'. Escuchamos unos gritos que decían 'Arma, ape oi mokoi', 'Abra la puerta'. El diputado Alvarenga (refugiado con el grupo) dice: 'vamos a abrirle'. Y entra un policía apuntando con la escopeta. Había policías de civil y estaba Paredes Palma (Tomás, comisario principal y actual subjefe de Investigación de Delitos). Uno muy nervioso, uniformado, se quejaba de que se le trató demasiado mal en la plaza", narró.
González revivió los instantes de terror de la trágica noche en que fue asesinado Rodrigo Quintana al observar el video en la redacción de ABC Color. Ahí se le "cae la ficha" y entiende que su vida y la de sus compañeros de refugio estuvieron en juego. "Me asusté y me doy cuenta de que mi vida y mi integridad corrieron peligro. Iban a desenfundar su pistola, aparte de la escopeta iban a desenfundar su 9 milímetros. Como salimos pasivamente se calmaron..." cuenta.
¿Qué piensa al ver los videos y fotos?, le preguntamos a González. "Lo que pienso es que no solo el infeliz que gatilló y mató a Rodrigo Quintana debe estar preso, sino todos. Especialmente el que comandaba todo, Tomás Paredes Palma, por mentiroso y por cometer este hecho punible. Aquí hubo intento de homicidio, privación ilegítima de libertad, exceso de uso de la fuerza y abuso de autoridad, más atropello de domicilio y omisión de auxilio. Esto es terrorismo de Estado", sentenció.
El diputado Eusebio Alvarenga dijo que vivieron momentos de terror esa madrugada. “Parecía una película, una pesadilla, hasta el punto que me toco a mí mismo, a ver si yo soy yo. Es la expresión más genuina de terrorismo de Estado, como se vive en Venezuela”, contó.
“Había dos grupos bien definidos: el grupo de cascos azules y los policías de Investigación de Delitos. Yo estaba en el patio con otros dirigentes, conversando. La Policía no entró corriendo detrás de un grupo. Estaba todo tranquilo cuando entró la Policía. De repente nomás escuchamos 'parece que viene la Policía'. Yo les dije 'no se preocupen este es un recinto privado, no tengan miedo, no van a entrar'. Cuando dijimos todo eso, irrumpieron y entraron a balazo limpio y cada uno buscó guarecerse donde podía. A balazo limpio entraron. Si no nos metíamos en esa piecita nos hubieran alcanzado las balas de estos homicidas cobardes”, recordó.
Menciona que los agentes ingresaron con suma violencia y que tras reducir a las personas al piso les pegaban culatazos en la cabeza y en otras partes más sensibles.
El legislador asegura hoy que los policías entraron con intenciones de matar. “Fueron para matar, a amilanar a esta centenaria agrupación y de esa forma debilitar la manifestación. Golpeaban a ancianos, mujeres, jóvenes, sin compasión golpeaban, en todo momento bajo la atenta mirada del jefe de los capangas. La historia se encargará de perpetuar su nombre, por haber dirigido y orquestado crímenes. Estamos ante un homicidio doloso consumado, lesión en el ejercicio de la función pública”, denuncia.
Finalmente, hizo mención de que en el mismo operativo se encontraban los agentes de Investigación de Delitos junto a los antimotines y que la intención de direccionar toda la responsabilidad hacia un suboficial inferior es una burla, una tomadura de pelo.
Ambos aseguran que cuando los que estaban "cuerpo a tierra" se percatan de que el joven herido estaba agonizando, todos los agentes policiales corren afuera y dejan rápidamente el sitio. Dejaron atrás, en el patio a uno de los agentes, con su arma reglamentaria que posteriormente fue entregada a la Fiscalía.