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José García, un humilde poblador de esta comunidad que realiza cualquier tipo de trabajo para sobrevivir, fue víctima del robo de su motocicleta. Había adquirido la máquina en base a sacrificios y en cuotas como un medio para realizar sus labores.
Los marginales aprovecharon la ausencia de José y justo cuando la comunidad se encontraba a oscuras, producto de los acostumbrados cortes de la energía eléctrica suministrada por la ANDE, ingresaron en el patio de su vivienda para llevarse la motocicleta.
De esto ya pasaron dos semanas y, a pesar de realizar las denuncias tanto en sede policial como en la Fiscalía, la investigación no avanzó en en nada, afirma.
Ante la desidia, procedió a investigar por su propia cuenta y logró recuperar el chasis de su motocicleta en el fondo de un tajamar a escasos metros de la población. Más tarde recibió la noticia de que la llanta trasera de su moto estaba siendo comercializada dentro de la comunidad, por lo que pudo contactar con el comprador y este le devolvió la pieza, al tiempo de darle los nombres de las personas de quien la adquirió.
Comunicó estos datos a los efectivos policiales y a la fiscala Teresilde Fernández, pero aun así nadie fue demorado ni mucho menos recuperadas las otras partes de la motocicleta.
Por su parte, los uniformados dicen estar atados de manos, ya que no pueden detener a los supuestos ladrones, atendiendo a que son menores de edad y es el Ministerio Público el que debe impartir la orden de arresto.
Precisamente, el jefe de comisaría local, Rodolfo Roa, dijo que en otro robo de motocicleta procedieron a ubicar el biciclo y detener al presunto ladrón con las evidencias; sin embargo, la fiscalía ordenó su liberación en menos de media hora.
El humilde poblador víctima del robo dijo que solo desea recuperar las otras partes de su motocicleta, ya que apenas logró pagar siete cuotas y le restan otras 15 para saldar la cuenta.