“Hoy por hoy, el embarazo no presenta complicaciones, y la niña está en condiciones de proseguir con la gestación sin peligro para su vida”, afirmó Díaz, de la dependencia del Ministerio de Salud.
El peligro para la vida de la madre es la única opción para poder interrumpir el embarazo de manera legal en Paraguay, un hecho que fue criticado por la ONU, que el lunes denunció que el Gobierno paraguayo “ha fracasado en su responsabilidad de actuar con la debida diligencia” en el caso.
Sin embargo, Díaz recordó que en el momento en que se diagnosticó el embarazo a la menor, ésta se encontraba en la semana 21 de gestación, y no era posible hablar de aborto, sino de “provocar un parto prematuro”.
Especificó además que, en el caso de que llegaran a presentarse complicaciones graves para la salud de la niña, sí se podría inducir legalmente “un parto prematuro” para salvar su vida, “que es prioritaria por encima de la del feto”.
La doctora aseguró que “todo embarazo adolescente es de alto riesgo”, tanto más, cuanto más joven es la niña, debido a que “las futuras madres se encuentran en pleno desarrollo”.
Entre las complicaciones más frecuentes, Díaz citó “hipertensión arterial, alteraciones nutricionales, anemia, infecciones urinarias y nacimiento de niños prematuros o con bajo peso”.
Detalló que estos problemas de salud son “muy frecuentes” en los embarazos adolescentes, y explicó que la mayor parte de ellos “no alcanzan las 37 semanas de gestación (unos 8 meses y medio)”.
En el caso de que el embarazo llegue a completarse y se produzca el parto, puede producirse un “ desprendimiento de la placenta o una hemorragia uterina que complique la vida ” , refirió.
Pese a ello, aseguró que sólo un 10 % de las muertes maternas por complicaciones derivadas del embarazo, parto o posparto se registran en mujeres adolescentes.
Además, “ninguna muerte materna se produce en la franja de 10 a 14 años”, dado que estos embarazos “se someten a mayor seguimiento y control”.
Díaz recalcó que, además del apoyo médico y nutricional, la asistencia psicológica es básica en menores gestantes de 10 a 14 años, ya que la mayor parte de los embarazos en este rango de edad son el resultado de un abuso sexual.
“Además de prepararlas psicológicamente para afrontar el embarazo, el parto, el posparto y la crianza del bebé, se les da una contención psicológica especial, ya que muchas de estas niñas han sido víctimas de violencia sexual”, indicó la sanitaria.
De acuerdo con las cifras de 2014, que todavía son provisionales, 684 menores de entre 10 y 14 años dieron a luz ese año, mientras que unos 20.000 de los alumbramientos fueron de madres de 15 a 19 años.