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Delincuentes fuertemente armados y decididos, con la ayuda de dinamita en gel y con un perfecto conocimiento en el manejo de explosivos, causaron estragos a la Policía.
Sus golpes salieron casi perfectos, salvo uno en donde valientes guardias de seguridad frustraron el robo. No les preocupa si las zonas del cajero son transitadas u oscuras; simplemente ponen empeño en cometer sus hurtos.
El primero de ellos fue en la madrugada del 6 de febrero pasado, en Mariano Roque Alonso, frente a la entrada a una urbanización. Guardias divisaron cuando hombres fuertemente armados, instalaban un explosivo con la ayuda de una batería, en un cajero expendedor de billetes del banco Itaú.
Los guardias intentaron reaccionar, pero las poderosas armas de los delincuentes les hicieron cesar del cometido. La explosión se concretó y la bóveda del cajero quedó abierta; los marginales se llevaron aproximadamente G. 100 millones.
Un brasileño fue detenido y imputado días después, pero el caso del robo en Mariano Roque Alonso está impune.
Guardias de seguridad de la planta de Paraguay Refrescos S. A. (Paresa), observaron movimientos extraños alrededor del cajero del banco Itaú, en la noche del 13 de marzo pasado.
Los custodios se acercaron y vieron a delincuentes con el rostro cubierto, con quienes se enfrentaron a balazos. Los marginales escaparon del lugar y dejaron los elementos que iban a servir para una explosión: batería, cordón y dinamita en gel.
En esta causa tampoco hay detenidos, ni tampoco la investigación avanzó.
Delincuentes fuertemente armados actuaron en minutos y sin temer a al movimiento de personas en las inmediaciones del hotel Bourbon, de Luque, en la noche del 19 de marzo pasado, armaron un explosivo con los elementos de siempre: batería, cordón y dinamita en gel.
La explosión se concretó, por lo cual un cajero automático del banco Itaú fue dañado, los marginales nuevamente se llevaron una millonaria suma de dinero en efectivo.
Finalmente anoche, casi frente al Yacht y Golf Club Paraguayo, cinco marginales fuertemente armados y con chalecos antibalas con la leyenda “Policía Nacional”, se colocaron a lado de un cajero del banco Sudameris.
Un policía que estaba en el lugar y un guardia de seguridad, fueron reducidos por los marginales, quienes lo colocaron a un costado de la avenida y los despojaron de sus armas.
Un funcionario avisó a la Policía, por lo cual una patrullera de la comisaría 16ª Central acudió en minutos al sitio. Intentó seguir el camino de escape usado por los delincuentes, pero clavos miguelitos arrojados por los marginales impidieron la persecución.
En todos los casos se usaron vehículos robados, incluyendo en el frustrado, que posteriormente fueron abandonados.
En los tres casos exitosos no trascendió el monto exacto de lo robado. Por el modo de actuar, la Policía maneja la información de que se trata de la misma gavilla, pero hasta el momento nada pudo hacer por desbaratarla.