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Somos parte de una sociedad que discrimina, que ve todo lo diferente como algo que no puede ser integrado; justamente por ello, la consigna de este día es llevar las medias desiguales como apoyo a la causa de la inclusión social a las personas que presentan el síndrome de Down. Esta iniciativa es parte de una campaña impulsada por la fundación Saraki, que pretende simbolizar la belleza de la diversidad.
El síndrome de Down es una alteración del equilibrio genético (en los cromosomas), que modifica el funcionamiento del organismo haciendo que se desarrolle con mayor lentitud y dándole unos rasgos característicos en la apariencia. Sin embargo, la persona que lo tiene no solo depende de la genética sino de la estimulación y el cariño que le ofrezcan desde los primeros días de nacido en su ambiente. “Esta estimulación, que se conoce como atención temprana, es la única terapia que ha demostrado ser efectiva”, explica una página española destinada a los padres con hijos con síndrome de Down.
Depende del cariño y la colaboración de su familia, maestros y compañeros para que un niño con síndrome de Down pueda integrarse como adulto a la sociedad, pues con la debida ayuda y paciencia las personas que tienen esta alteración puede ir superando sus limitaciones.