El pueblo olvidado

En el día del indígena americano, es importante reconocer la cruda realidad en la que se encuentran los pueblos originarios del Paraguay.

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Los indígenas paraguayos representan el 1.7 por ciento de la población paraguaya. Sin embargo, no existen políticas públicas que puedan satisfacer sus demandas.

“La realidad de los indígenas en paraguay está marcada por una absoluta exclusión socioeconómica, están casi
totalmente excluidos de las políticas públicas”, explicó Venus Caballero, ingeniera en ecología humana y consultora.

De acuerdo a la encuesta de hogares realizada en el 2008, existen 108.308 personas indígenas en el Paraguay,
representando apenas un 1.7 por ciento de la población.

Este grupo de personas están organizados en 20 pueblos indígenas que pertenecen a cinco familias linguísticas, que incluyen la guaraní, maskoy, mataco mataguayo, zamuco y guacuru. Estos pueblos están distribuidos en todo el país, pero se concentran en los departamentos de Boquerón, Presidente Hayes y Amambay

“Tenemos una gran riqueza y diversidad cultural, que no esta lo suficientemente reconocida ni valorada”, explicó la experta.

Con el aumento de la agricultura mecanizada, la deforestación y el deterioro ambiental, los indígenas no solamente perdieron su cultura y forma de vida, sino también su capacidad de sustento.

Como son escasos bosques donde cazar o recolectar frutos, estas familias ofrecen su mano de obra a otras estancias o se dedican a la agricultura familiar. Muchas veces son sometidas a la discriminación y la explotación laboral, explicó Caballero.

Por otro lado, las comunidades indígenas no tienen acceso a servicios básicos, como la electricidad o el agua. Tampoco pueden acceder a centros de salud o instituciones educativas, por la distancia que estas se encuentran de sus pueblos.

Según una encuesta del 2008 de Unicef, el 23 por ciento de niños paraguayos se encuentra en pobreza extrema.

Sin embargo, en poblaciones indígenas este número se triplica, llegando al 63 por ciento de niños indígenas que
viven en extrema pobreza.

Mientras que los niveles de pobreza son alrededor del 45 por ciento en la población paraguaya. En la población
indígena, la pobreza llega al 77 por ciento.

Para enfrentar esta situación desoladora, existen iniciativas efectivas que han logrado mitigar la pobreza de los
pueblos indígenas. Sin embargo, por falta de interés político, estas no han tenido el alcance necesario para lograr un impacto más profundo.

El Ministerio de Educación y Cultura tiene una ley de educación para los indígenas, con la que se está trabajando, pero esta aún no llega a muchas comunidades.

La ley contempla la adecuación del currículum a las realidades de las comunidades, con la que se intenta también preservar la cultura originaria.

“Hay escuelas que no tienen maestros, maestros que no son indígenas, maestros que no tienen rubros, escuelas que son plurigrados y no cuentan con la infraestructura”, explicó la experta.

El Ministerio de Agricultura también tiene proyectos que buscan mejorar la calidad de vida de las comunidades
indígenas. Dos de ellos son el Programa de Fomento a la Producción de Alimentos y Paraguay Rural.

Estos programas fueron realizados con el enfoque de derecho, donde los mismos indígenas son capacitados para gestionar sus propios proyectos, agregó.

Explicó también que estas políticas necesitan de mayor apoyo político y económico, para llegar a todos los
indígenas.

“¿Cómo es posible que sean tan poquitos, solo un poco menos del 2 por ciento de nuestra poblacion total, y que
no seamos capaces de cubrir sus necesidades?”, preguntó Caballero.

Aunque necesariamente las políticas vienen del gobierno, los ciudadanos pueden ayudar siendo conscientes sobre los problemas actuales y evitando la discriminación.

"Culturalmente los paraguayos tenemos la tendencia a mirar a los indígenas con desprecio sin reconocer que son parte de nuestras raíces. Una frase que muchos usamos mucho es “te salió tu indio”, como forma de insulto, esto debe parar", explicó Caballero.

Otra manera de apoyar el desarrollo de las políticas públicas es levantando las voces, “haciendo que se reconozca que estas 108.308 personas llevan consigo una riqueza inigualable”, agregó.

“Los indígenas tienen un amor a la tierra, y esa tierra significa para ellos, no un pedazo de lote donde vivir, la
tierra en su conjunto significa vida”, dijo.

“De ellos tenemos mucho que aprender, eso nos falta reconocer”, concluyó Caballero.

El 19 de abril, Día del Indígena Americano, se conmemora el Congreso Indigenista Interamericano que se reunió en Patzquaro, Michoacán, México, el 19 de abril de 1940.

El evento reunió a los principales líderes de diversas culturas indígenas de América y permitió la fundación del Instituto Indigenista Interamericano con sede en México y dependiente de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Los objetivos de este ente es colaborar en la coordinación de las políticas hacia los Pueblos Indígenas de los
Estados miembros y promover la capacitación de personas vinculadas al desarrollo de los pueblos y comunidades indígenas de la región.

Otro objetivo que los gobiernos establezcan el Día del Indígena para que sean conocidos en las instituciones educativas.

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