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Cartes llegó al Vaticano con una amplia delegación que comprendía al canciller, Elaido Loizaga; sus dos hijas, Sofía y María Sol; su hermana Sarah, el secretario general y jefe del Gabinete Civil de la Presidencia, Juan Carlos López Moreira, y el secretario privado, Fernando Ojeda.
En el intercambio de regalos, el único momento de la reunión al que tienen acceso los periodistas, el presidente paraguayo entregó al papa argentino una imagen de la Virgen de Caacupé tallada en madera, un libro de cartas de San Roque y un volumen con fotografías de las reducción de los jesuitas en el país.
El Papa se detuvo a hojear el libro y bromeó sobre que los jesuitas con las reducción “sólo dejaron ruinas”, ya que las misiones del siglo XVII en las que esta orden dio refugio y evangelizó a los indios guaraníes están prácticamente destruidas.
Cuando las hijas del mandatario paraguayo saludaron al papa Francisco, le regalaron un kit para mate en plata.
Por su parte, el Santo Padre regaló al Presidente una copia del documento de Aparecida y las medallas del pontificado.
Antes de salir hacia Roma, el mandatario había adelantado que presentaría al pontífice “el saludo de todo el pueblo paraguayo” y pediría su bendición para el país.
Mañana, el Presidente y su comitiva asistirán a la misa que el Papa oficia cada día en la capilla Santa Marta, en la residencia donde vive y tras la cual regresarán a Asunción.