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- ¿Usted formó al padre Urrutigoity?
- Hace muchos años.
Monseñor Morello recuerda al alumno Urrutigoity. Lo recuerda bien, porque cuando denunció en los años ’80 al ahora cura de la Diócesis de Ciudad del Este por conducta inapropiada, nadie le creyó.
“Yo pedí que lo sacaran del seminario porque había algunos comportamientos incorrectos (en Urrutigoity)”, cuenta por teléfono a ABC Color monseñor Morello, hoy trabajando con su ministerio en Río Negro, Argentina.
Morello relata que fue rector del seminario Nuestra Señora Corredentora, de la fraternidad de San Pío X, en la Provincia de Buenos Aires, entre 1981 y 1988.
“(Urrutigoity) fue alumno nuestro cuatro años quizás. Después, los superiores de la congregación decidieron trasladarlo a un seminario de los Estados Unidos de la misma congregación”.
El polémico cura Urrutigoity hoy ejerce el segundo cargo más importante de la Diócesis de Ciudad del Este, protegido por el monseñor Rogelio Livieres Plano. A pesar de tener antecedentes por supuesto abuso sexual a menores y conducta sexual inapropiada en los Estados Unidos, el caso no parece importarle a Livieres, ya que -para él- el tema está “cerrado”.
Cuando joven, el entonces seminarista Carlos Urrutigoity fue “enviado un tiempo a la casa que la Congregación tenía en Córdoba y después desde allí lo enviaron al seminario de Estados Unidos”, dice Morello, quien tras este movimiento fue enviado a Santiago de Chile.
“En Santiago me enteré que él iba a ser ordenado subdiácono. En ese momento envié una carta al superior de turno en el seminario de Estados Unidos indicando las razones por las cuales a mí me parecía que no podía ordenarse”, agrega.
- ¿Y por qué no podía ordenarse?, le preguntamos a Morello.
- Se explica en la carta.
La carta es una que se filtró en internet. Dice, entre otras cosas, que Morello decidió pedir la expulsión de Urrutigoity por: “Significativo orgullo”, “Mantener relaciones particulares”, “Formar una facción de seminaristas bajo su influencia” y “Graves denuncias relacionadas a cuestiones morales”.
“Luego de enviar la carta, yo hice un viaje a los Estados Unidos para hablar con monseñor Williamson (en ese entonces superior en la Congregación). La carta que yo envié era una carta confidencial, que según el Derecho Canónico no puede ser mostrada a la persona implicada. Se llama testimonial. Una testimonial no se puede mostrar al sujeto que tiene problemas. La carta le fue mostrada (a Urrutigoity) para que él se pudiera defender. Fue una irregularidad grave en Estados Unidos. Me acusaron a mí… me dijeron a mí que yo había mentido. Pasó el tiempo y este padre salió de la Congregación y fundó una Congregación que se llamó San Juan Evangelista con otros padres y seminaristas que habían salido con él”, recuerda monseñor Morello.
Otra parte de la carta expresa: “Durante su estadía en el seminario de La Reja, este seminarista (Urrutigoity) fue denunciado por un joven abogado que vivía en el seminario. Abordando el tema de la castidad, el padre le preguntó si consideraría hacer un acto deshonesto con un hombre. El abogado dijo que no”.
En otro caso –dice la carta enviada por Morello– hubo un testigo de un caso en que supuestamente Urrutigoity verificó si otro seminarista tenía fiebre examinando sus partes íntimas. Otro seminarista también denunció haber sido tocado por el cura.
Estos casos forman parte del pasado del cura y fueron relatados por escrito a los Estados Unidos, que no prestó atención a los hechos.
Y a Morello nadie le creyó.
“Me acompañó un sacerdote argentino (al viaje a los Estados Unidos) y tampoco le creyeron a él”, dijo monseñor antes de finalizar la entrevista.