Cíclicas crecidas: “El lugar le pertenece al río”

La “lección que no aprendemos” es que el lugar donde están las poblaciones de los bañados en realidad son zonas inundables, que cada cierto tiempo acogerán al fenómeno indefectiblemente. Ese lugar “le pertenece al río”, indican expertos.

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Más de 160.000 personas han sufrido este año por la crecida de los ríos Paraguay y Paraná. Familias enteras han dejados sus casas, han perdido sus pertenencias, han abandonado a sus mascotas y su vida habitual a causa de este fenómeno meteorológico.

Sin embargo, las inundaciones no son ninguna sorpresa. El fenómeno es cíclico, es decir ocurre cada cierto tiempo y por lo tanto se puede prever, refirió el director de la carrera de Meteorología de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción, Benjamín Grassi.

Grassi, en entrevista con ABC Color, dijo que estos eventos ocurren cada cinco, diez o quince años. En algunas ocasiones, llegan a ciertos extremos, como ocurre este año, pero sin alejarse de lo esperado. 

Recordó que en 1983, 1988, 1994, 1997 y 1998 el río Paraguay creció a alturas significativas, muy cercanas a las que llegó ahora. “Ya tuvimos eventos iguales o peores, el fenómeno se produce con cierta frecuencia”, resaltó.

No obstante, a pesar de la vasta experiencia en inundaciones, especialmente en la Capital, “el problema es que no aprendemos la lección y la gente vuelve a las zonas inundables una vez que retroceden las aguas. Esto siempre ocurrirá, inclusive fenómenos peores”, explicó.

Como esto siempre va a ocurrir, es necesario tomar las medidas para proteger a las poblaciones lo antes posible. Grassi dijo que se deben determinar exactamente las zonas inundables, y evitar que se asienten barrios en esos lugares.

“La gente ocupa el lugar que le pertenece al río cada tantos años. ¿Cuántos años más la gente va a seguir sufriendo por las crecidas”, reflexionó.

Para determinar las zonas inundables, se deben tener en cuenta los picos históricos, dijo el experto. En 1984, el río Paraguay llegó a los 9,01 metros. Lo máximo registrado fue en 1905, cuando se alcanzaron los 9,05 metros.

Tras la delimitación de estas áreas, se deben analizar las alternativas: si es necesario el desalojo por completo, si se construiría un muro o alguna otra obra de ingeniería para contener el riesgo, o bien, si se reubicará a la gente en zonas más altas, entre otras opciones.

Grassi cree que este año no se superarán los históricos, pero es nuevamente una señal de que es necesario reaccionar cuanto antes.

“La naturaleza fue modificada mucho en las últimas décadas, y hemos afectado el régimen de subida y bajada del río”, comentó.

No obstante, este solo es uno de los tantos factores que influye en el fenómeno cíclico, señaló Grassi.

Mencionó además que las plantas ayudan a la filtración, como también el suelo. Las plantas son importantes especialmente en el río Paraguay, cuya superficie es llana, por lo que el crecimiento de la altura de sus aguas es más precipitado en comparación a otros ríos.

El factor del cambio climático también afecta de cierta manera, ya que este evento hace que se produzcan más lluvias en esta parte del mundo, explicó. De febrero hasta junio, hemos tenido lluvias “constantes y abruptas”, lo que evidencia este último elemento.

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