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Tras el tiroteo entre ambos grupos, resultaron abatidos Bernardo Bernal Maíz, uno de los jefes del EPP, y miembro de la misma banda criminal, Claudelino Silva Cáceres. Ahora, ¿quiénes fueron ellos?
Bernardo Bernal Maíz, alias “Coco”, de 20 años, quien nació en la ciudad de Horqueta el 21 de agosto de 1993 y vivía en el asentamiento Nueva Fortuna de la localidad de Kurusu de Hierro, en el distrito de Azotey, departamento de Concepción.
Militaba en el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), supuestamente desde los 14 años y a los 16 años integró el comando de nueve miembros de la banda que secuestraron al ganadero Fidel Zavala, de su estancia “Doña Mabel”, de Paso Barreto.
“Coco” había sido identificado inicialmente gracias a las fotografías de uno de los campamentos del EPP que fueron halladas en la computadora de Rumilda Estela Giménez González, actualmente recluida y en espera de un juicio.
El jefe del EPP ahora abatido es hermano de otro de los miembros del brazo armado de la banda, Antonio Ramón Bernal Maíz, y de la supuesta colaboradora Juana Bernal Maíz, quienes habían sido liberados tras un frustrado juicio, aunque la mujer fue recapturada.
“Coco” posteriormente pasó a dirigir su propia célula, que operaba entre Kurusu de Hierro, Paso Tuya, Azotey y parte de Tacuatí. Se le atribuyen decenas de golpes a esta fracción del grupo armado, que incluyen asesinados, atentados y asaltos.
El ahora abatido también es señalado como uno de los asesinos, junto con su hermano Antonio, de su propia tía, la señora Eusebia Maíz, sucedido el 4 de septiembre del 2012 en su propia vivienda, situada en Azotey. La misma fue ejecutada frente a sus propios hijos.
Claudelino Silva Cáceres, de 22 años, nació en Horqueta el 21 de noviembre de 1991 y vivía en el asentamiento Núcleo 5 de la localidad de Arroyito, distrito de Horqueta, departamento de Concepción.
Militaba en el EPP desde hace tres años aproximadamente, a instancias de su padre, Lucio Silva (55), antiguo integrante de la “Banda de Choré”, liderada por Alcides Osmar Oviedo Brítez y Carmen María Villalba Ayala.
Claudelino Silva Cáceres y su padre Lucio Silva, contaban con órdenes de captura pendientes y hasta con ofertas de recompensas de G. 100 millones por cabeza. Los mismos integraban la célula del EPP que comandaba Bernardo Bernal Maíz, abatido anoche.