El enriquecimiento de Noria

Millonarias apuestas en carreras de caballos, miles de cabeza de ganado, lujosas casas en Curuguaty, una constructora y hasta una estancia en el Chaco. El gobernador de Canindeyú, Alfonso Noria, pasó de ser un humilde profesor a un millonario.

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Antes de aparecer en el escenario político del departamento de Canindeyú, allá por el 2006, Alfonso Noria Duarte (hoy gobernador) era un maestro de educación física cuya única forma de transportarse era una maltrecha bicicleta. Sin embargo, su carrera política le valió también un meteórico ascenso económico que para nada condice con los ingresos que percibiera primero como intendente de Curuguaty y actualmente como jefe de gobierno departamental.

Así lo revela el informe de la Comisión Bicameral de Investigación (CBI) que había sido instalada para investigar el caso del asesinato del periodista de ABC Color Pablo Medina y la joven Antonia Almada y al que tuvo acceso nuestro diario.

De acuerdo a este documento, resulta “cuanto menos sospechoso” que tenga una gran cantidad de bienes que se le atribuyen a Noria Duarte en el decimocuarto departamento.

Entre los costosos pasatiempos que se le atribuyen al gobernador figuran las apuestas en carreras de caballos. Se ha constatado su presencia, tanto en Canindeyú como en otros departamentos, en eventos donde las apuestas por carrera nunca son menores a G. 300 millones y en las que a veces las sumas superan ampliamente esas cifras.

El mismo Noria reconoce ser propietario de unos 15 caballos de carrera, aunque aseguró no apostar más de diez o quince millones cada dos o tres meses. “Es fácil colegir que el gobernador Noria Duarte o bien olvidó las cifras reales que apuesta o simplemente no consideró necesario entregar esa información”, señala tajante el informe.

Lo afirmado por Noria no condice con la realidad, pues el gasto de los cuidados de estos animales representan sumas muchos mayores a las que ganaría si es que en realidad apostara cada dos o tres meses las cifras de las que habló durante su entrevista con la CBI.

Noria es propietario de una mansión ubicada en una de las zonas más caras de Curuguaty y que fue tasada en unos US$ 3 millones. La propiedad, de unas cinco hectáreas, habría sido inscrita a nombre de su madre.

Además, el gobernador adquirió en los últimos años una estancia en el Chaco paraguayo. La propiedad, de unas 20.000 hectáreas, fue inscrita a nombre de una de sus hermanas, a quien no se le conoce profesión alguna. Dentro del distrito de Curuguaty poseería otra propiedad de 18.000 hectáreas, donde mantiene unas 7.000 a 9.000 cabezas de ganado.

Por otra parte, un depósito de materiales y una empresa de construcción que serían de su propiedad son adjudicados constantemente para realizar obras dentro del departamento de Canindeyú.

Muchas de las obras adjudicadas a esta firma, 8 de Diciembre, serían fantasmas o habrían sido supuestamente sobrefacturadas. La situación fue denunciada en reiteradas oportunidades por concejales departamentales opositores a Noria.

“El Gobernador Alfonso Noria Duarte, con apoyo de otros actores políticos de Canindeyú, montó una ASOCIACIÓN CRIMINAL, que llevó finalmente a un esquema de enriquecimiento ilícito que le permite llevar un estilo de vida en total desacuerdo con sus ingresos. Además, permite inferir que, cuanto menos, estaría causando un grave perjuicio al erario público departamental, con el consiguiente daño al bienestar a la población de Canindeyú”(sic), concluye el informe.

Noria Duarte es hombre cercano a la diputada Cristina Villalba, al hermano de ésta, Carlos “Cabrito” Villalba y al mismísimo presidente de la República, Horacio Cartes.

Sobre los Villalba y el mismo Noria Duarte, pesan acusaciones de ser supuestos protectores de narcotraficantes que operan impunes en el departamento de Canindeyú. De hecho, el señalado como autor intelectual del asesinato del periodista de ABC Color Pablo Medina, el exintendente de Ypejhú, Vilmar “Neneco” Acosta Marques, formaba parte de su equipo político y se mostraba cercano tanto al gobernador como a la diputada.

A pesar de las numerosas denuncias de los vínculos de Acosta Marques con el narcotráfico, tanto Noria Duarte como Villalba mantuvieron al mismo dentro de su entorno y mantuvieron su apoyo al mismo hasta el 16 de octubre de 2014, día del asesinato de Pablo Medina y Antonia Almada, fecha desde la cual intentaron desligarse del mismo.

Noria se inició como licenciado en Ciencias del Deporte, título que le valió para enseñar, por ejemplo, en la escuela y colegio Fortuna de Curuguaty.

Su periodo municipal no tuvo mayores sobresaltos, excepto un procesamiento por la contaminación que producía el matadero municipal y vertedero. Al concluir su mandato, seguía viviendo en una modesta casa ubicada al costado de la Municipalidad.

En agosto de 2010, Noria Duarte renunció a la intendencia, pero con el objeto de postularse para el “rekutu”, aunque fue superado por el liberal Ramón Vega Barreto, quien también terminaría su periodo con serios cuestionamientos y procesos judiciales.

Luego del “stand by” que experimentó en su novel carrera política, Alfonso Noria Duarte se unió con el grupo de la entonces gobernadora María Cristina Villalba, representante del distrito de La Paloma.

Villalba, que ya pensaba en postularse a la diputación, entonces preparó a Noria para dejarlo en la Gobernación. Efectivamente, este último ganó las elecciones en 2013 supuestamente al captar a su favor todo el aparato político que manejaba la actual diputada.

Desde entonces, ya comenzaron a surgir algunas sospechas acerca de que el financiamiento de la progresiva carrera política de Alfonso Noria Duarte podría sustentarse en actividades ilícitas. Llamativamente, su “madrina” política, la diputada María Cristina Villalba, nunca denunció a la frondosa red de narcotraficantes que operaba a pocos kilómetros de su casa en La Paloma y donde casi semanalmente aterrizaban y luego despegaban decenas de avionetas con cargamentos de cocaína.

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