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El forense Pedro Araújo, en entrevista con Radio Canal 100, explicó que “por las características” de los cuerpos se puede concluir que los mismos fueron ejecutados. “Las características de las balas en la cabeza, de hacia atrás (sic), los ultimaron disparándolos de más”, contó.
Los peones recibieron cinco, tres y cinco disparos respectivamente, prosiguió el médico. Los tres tenían balazos en la cabeza, algunos disparos con orificio de salida por el rostro y por el brazo, lo que quiere decir que los obreros se taparon la cara cuando fueron ultimados. “Parece ser que estaban boca para abajo y apretando fuerte la cara”, comentó Araújo. Además, también recibieron balas en la espalda y en la nalga, como tiros de gracia.
Las víctimas tenían 27, 39 y 49 años. El primero deja dos hijos pequeños, de dos y de cinco años, informaron los familiares a los médicos. El segundo también deja dos hijos, de diez y de siete años. “Son gente trabajadora, con familia, es lo más triste de todo”, lamentó el forense.
Los tres peones trabajaban en el predio del establecimiento ganadero “Alegría S.A.”, ubicado en el distrito de Tacuatí, en el departamento de San Pedro, a 350 kilómetros de la capital. El autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) dejó panfletos en los que, como en ocasiones anteriores, se refieren a exigencias impuestas a los empleados de las haciendas. Prendieron fuego a un retiro, un tractor y dos motocicletas.
Las víctimas fueron identificadas como: Eladio Pavón Acosta, oriundo de Puerto Antequera, quien se desempeñaba como encargado del retiro Laguna Hû, y los peones Edison Ramón Aguilar Román y Cipriano Julián López Cristaldo, quienes supuestamente fueron ultimados la tarde del lunes. Sin embargo, recién ayer, alrededor de las 14:30, otro empleado del establecimiento que llegó al sitio halló los cadáveres tirados en el suelo boca abajo, uno al lado del otro con varios impactos de bala, a unos 30 metros del retiro.