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Con el auge de los teléfonos celulares con cámaras fotográficas integradas, desde su comercialización en el mercado local desde el año 2.000 en adelante, la clase política inescrupulosa encontró en esa tecnología un método para atraer más votos a cambio de “estímulos”, que por lo general son monetarios, entregados una vez que el elector enseña la fotografía de la papeleta marcada en la casilla del candidato “de su preferencia”.
Al respecto, el fiscal Emilio Fúster, encargado de cubrir las elecciones de mañana a nivel Capital, explicó a ABC Color que según la Ley Electoral, el ciudadano debe emplear en el cuarto oscuro solamente un bolígrafo y los boletines, y no deberá demorar más de tres minutos en decidir, caso contrario los miembros de mesa pueden exigirle que deposite la papeleta de forma inmediata.
Sostuvo que en caso de que se sorprenda a una persona manipulando un teléfono celular se podrá entender que tenía la intención de divulgar el sentido de su voto, con lo que se expone a un proceso judicial bajo el tipo penal de “soborno del elector”.
El artículo 280, del Código Penal Paraguayo establece que “el que ofreciera, prometiera u otorgara una dádiva u otra ventaja a otro para que no votara o lo hiciera en un sentido determinado, será castigado con pena privativa de libertad de hasta cinco años o con multa” y en su inciso segundo menciona que “la misma pena se aplicará al que exigiera, se hiciera prometer o aceptara una dádiva u otra ventaja por no votar o por hacerlo en un sentido determinado”.
Por tal motivo, se insta a los ciudadanos votar a conciencia y a no caer en este tipo de presiones de los políticos, que son considerados como delitos.