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Con termos para el tereré o botellas de agua, vestidos con remeras alusivas a la Virgen de los milagros o de algún club de fútbol, cientos de personas peregrinan este domingo hacia la capital espiritual del país para participar del novenario de la Virgen de Caacupé que comenzó el pasado sábado.
Alegres, en familia, pareja, grupo o solos, los fieles católicos se dirigen hacia su protectora para agradecer por la salud, por el trabajo, la educación o algún favor que atribuyen a la Virgen. También están los que van a pedir. Desde el kilómetro 44, aproximadamente, la fila es constante al costado de la ruta; no se corta, pese a los rayos del sol que comienzan a calentar.
La gran mayoría de los que caminan son jóvenes, aunque también hay adultos y muchos niños pequeños, informó el periodista de ABC Color Pedro Gómez Silgueira. Cada año, miles de católicos peregrinan a Caacupé para una de las fiestas religiosas más importantes que se celebran en Paraguay. Asimismo, todos los años, las autoridades recomiendan cuidarse del calor, usar protector solar, sombreros, anteojos contra rayos UV, consumir mucha agua y evitar exponer a los niños a la peregrinación, entre otros consejos.