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Dos días después de la serie de movidas en el Ministerio Público, en donde sorpresivamente fue trasladado de Anticorrupción a Central el fiscal adjunto Carlos Arregui, Díaz Verón se ratificó en su postura.
El fiscal general defendió su decisión y explicó que eso ya lo manejaba desde octubre pasado, antes de la serie de imputaciones contra parlamentarios impulsadas por los fiscales de la unidad que hasta el lunes estará a cargo de Arregui.
“No se tomó un día antes, lo veníamos pensando hace rato, estoy hablando del mes de octubre. Hacemos este tipo de cambios entre enero, febrero y marzo”, detalló Díaz Verón a 780 AM este miércoles.
Manifestó que no midió el impacto que podía generar en la sociedad el cambio de Arregui, porque lo hizo de buena fe. Aseguró que no obró por presión política, sino en busca de un buen funcionamiento del Ministerio Público.
Puntualizó que los fiscales que indagan a los políticos seguirán en sus respectivas causas y que el nuevo fiscal adjunto anticorrupción, Federico Espinoza, tiene 19 años en el Ministerio Público.
Aseguró que la Fiscalía indagará a quien sea, si es que existen "méritos", ya sea el presidente de Paraguay, Horacio Cartes, o el propio Díaz Verón.
Admitió que existe la presión de políticos, así como de otros sectores de la sociedad, pero que la clave es no ceder ante tales presiones.
Recordó que cuando asumió el cargo como fiscal general, Arregui le manifestó que estaba dispuesto a ser cambiado.
Finalmente, Díaz Verón refirió que no dará marcha atrás en su decisión y que el lunes los fiscales asumirán sus nuevos cargos.
El cambio no cayó bien en la sociedad, porque tuvo lugar meses después de imputaciones contra importantes legisladores, como los senadores Víctor Bogado (colorado) y Enzo Cardozo (liberal), así como los diputados Milciades Duré (liberal) y José María Ibáñez (colorado).