Cargando...
Según información proporcionada por efectivos de la Comisaría 9ª de Limpio, la manifestación es en protesta por la falta de agua que sufren los vecinos del barrio El Portal, que se proveen de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap)
Desesperados por la falta del vital líquido con las altas temperaturas que estamos viviendo en estos días, los vecinos cerraron la Ruta III frente al Abasto Norte y quemaron cubiertas, en una medida de fuerza extrema con el fin de que sus reclamos sean escuchados.
Mariela Bogado, vecina de la Fracción El Portal y una de los afectados, contó que este calvario ya lleva tres meses.
Todo comenzó en noviembre, cuando trabajadores de la Essap les informaron que estarían realizando cambios en los caños para cambiarlos por otros de mayor tamaño y que el agua viniera con mayor presión. A raíz de esto, les dijeron que experimentarían algunos cortes.
Sin embargo, estas interrupciones que serían breves se prolongaron ya tres meses.
La única explicación que les dan, según Mariela Bogado, es que la cañería ya fue completamente cambiada y solo falta “abrir una llave” y que, “a causa de alguien de arriba”, aún no les están habilitando el servicio.
El primer mes de carencia del líquido vital fueron completamente abandonados por la Essap, que ni siquiera les proveyó de un servicio de emergencia y tuvieron que arreglárselas comprando agua en forma privada para beber e incluso para bañarse.
A partir del segundo mes, la Essap comenzó a ingresar a la fracción con camiones y abasteció en forma esporádica a los vecinos, que cargaban el agua de las mangueras de la aguatera en baldes y tambores. Pero incluso este servicio de contingencia ya no abastece, porque muchos vecinos piden que se les cargue agua en sus tanques y no alcanza para los demás.
Así están padeciendo los meses de diciembre y enero. Es por eso que ya no soportaron la situación y decidieron cerrar la Ruta III.
Advierten que no menguarán la medida de fuerza hasta que la Essap les brinde una solución y vuelvan a tener el servicio de agua corriente convencional.
Lo sorprendente para los vecinos es que les siguen llegando facturas que rondan en algunos casos los G. 90.000, cuando de sus grifos no sale una gota de agua desde noviembre.