Angustia en el norte del país

El descontento es el factor predominante en la zona norte del país cuando se cumplen 100 días del secuestro de Arlan Fick, a lo que se suma desde el sábado pasado la desaparición del suboficial Edelio Morínigo.

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El pasado 2 de abril, una célula del grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) irrumpió en la casa de la familia Fick Bremm y secuestró a su hijo menor, Arlan, de tan solo 16 años. Luego de cuatro años, la banda volvía a perpetrar un plagio. De aquella noche han pasado ya 100 días. Todo el país sigue en vilo a la espera de la liberación de la quinta víctima de secuestro del grupo criminal, pero particularmente la zona norte, la más afectada por los golpes de los malvivientes.

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Con el paso de los días, la desesperación aumenta en el seno de la familia del joven y, al mismo tiempo, el descontento se vuelve más generalizado en la zona norte, informó Omar Acosta, enviado especial de ABC Color a Azotey. Los Fick siguen firmes en su pedido de que tanto la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) como la prensa se alejen de la zona, en un clamor que esperan ayude a acelerar el regreso a casa de su hijo menor.

Por otra parte, la ciudadanía siente que ya se no se puede esperar más los resultados que hasta el momento no se han tenido. La impotencia aumenta gradualmente de la misma manera que la desconfianza en el trabajo realizado por la FTC, que hasta el momento no ha conseguido siquiera datos concretos sobre la situación de Arlan.

A todo esto se sumó además la desaparición desde el pasado sábado del suboficial Edelio Morínigo. El efectivo había ingresado a una zona boscosa en el distrito de Arroyito en compañía de cinco amigos, con la intención de ir de cacería. Sin embargo, mientras se encontraban caminando se toparon con desconocidos fuertemente armados que resultaron ser los miembros del grupo criminal EPP.

Los malvivientes los retuvieron durante unas cuatro horas. Luego de ese tiempo, liberaron a cinco de ellos y el efectivo policial quedó retenido, con la promesa de que su liberación sería cuestión de horas simplemente. Pero han pasado ya seis días y Morínigo, el sexto entre 12 hermanos y principal sostén de su familia, sigue sin volver a casa. Su madre, Obdulia Florenciano López (48), se sumó ayer al clamor de la familia Fick y suplicó que sus captores dieran por lo menos una mínima señal de vida.

Morínigo y sus amigos fueron interceptados y trasladados a una zona donde días después (pasaron 72 horas del rapto antes de que las fuerzas de seguridad actuaran) fue encontrado el que sería el campamento principal del grupo criminal. Según el fiscal Joel Cazal, se perdió al primer anillo de los malvivientes por una cuestión de horas, pues el sitio acababa de ser abandonado cuando llegaron al lugar.

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Desde el jueves, el comandante de la Policía, comisario Francisco Alvarenga, y el ministro del Interior, Francisco de Vargas, se encuentran recorriendo la zona norte del país para brindar nuevas instrucciones y establecer cambios de estrategia para en la lucha contra el grupo criminal. La noche del jueves, Alvarenga y De Vargas estuvieron reunidos con jefes policiales de San Pedro. Esta mañana fueron hasta Pedro Juan Caballero y luego viajarán a Yby Yaú y Concepción.

Alvarenga confirmó una vez más el pedido de las familias Morínigo y Fick de que las fuerzas del orden permanezcan alejadas; sin embargo, aseguró que ya no se puede esperar más. Aseguró que se intesificarán los controles y que se enviarán más refuerzos.

Mientras tanto, dos familias siguen sufriendo a la espera del regreso de sus hijos, clamando por una señal de vida. Los Fick Bremm se mantienen aislados con la mirada puesta en el horizonte, con la esperanza de que estos cien días quedarán pronto atrás y que Arlan volverá a casa.

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