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Andrés Álvarez, hijo del magistrado y hermano Antonio, denunciado por los policías por prepotente, dio la versión de ambos sobre lo sucedido en la noche del 10 de abril pasado en Asunción.
Comentó que esa noche Antonio Álvarez llegaba a su casa junto con su hijo en la camioneta Toyota Land Cruiser, cuando detrás de él se estaciona una patrullera de la policía. Del mismo baja una policía –siempre de acuerdo a la denuncia- que exigió a Antonio que se identifique. El uniformado afirmó que le iban a requisar la camioneta porque no contaba con chapa trasera. Antonio, respondió que tiene la chapa al frente del auto (ver video) porque la de atrás se le extravió, y que, al contar con una, igual está habilitado a circular.
En ese momento, cuenta Andrés Núñez, el oficial le exige que entregue la llave del rodado, a lo que se resiste Antonio, pues, al ser abogado, conocía que no pueden requisar un rodado sin una orden de secuestro de su vehículo. “Él sabía que era un procedimiento irregular”, asegura Andrés, en contacto con ABC Color.
Dijo que ante la insistencia del uniformado de entregar su llave, se inició una fuerte discusión y decidió entrar a su vivienda, pero fue seguido por dos oficiales, a los que identificó como Sebastián Espínola y Julio Cubas, quienes ingresaron a la propiedad privada, alegando que estaba detenido, e intentaron arrestarlo.
Cuenta el entrevistado que desde afuera los policías gritaban a Antonio frases como “Nde puto” o “maricón, dejá de esconderte detrás de la pollera de tu señora”, quien estaba en la casa pidiendo ayuda a los vecinos y tratando de calmar a su hijo. “Ahí mi hermano sale de nuevo y se toma a golpes con los policías. Ahí los policías llaman por más refuerzos y llegan en cuatro patrulleras 15 oficiales. Levantan el portón eléctrico y vuelven a ingresar a la casa en busca de mi hermano que intentaba ingresar de nuevo a la casa”, añadió.
Andrés relató que le alertaron por teléfono lo que sucedía y fue hasta la casa de su hermano para ver lo que sucedía. “Vi a mi hermano ya dentro de la patrullera, vi como le metían los dedos en los ojos, otro le agarraba de los genitales. Eso se recuerda solo en épocas de la dictadura. Ellos (los policías) no tenían una orden de cateo del vehículo, mi hermano no tenía orden de arresto, ingresaron a la casa sin orden de allanamiento, el auto no tenía orden de captura. Es terrible lo que pasó”, recordó.
Comentó que a su hermano metieron por el portón trasero de la Comisaría 7° Metropolitana y que en la sede policial le advertían a que los iban a torturar e incluso matar por ser supuestamente prepotentes. Añadió que recién cuando llegó el comisario se calmaron las aguas, y que los policías dejaron de agredirlos.
Video, a la luz meses después
Andrés comentó que el video sale recién a luz por parte de los policías porque fueron demorados “e intentan con los videos justificar sus hechos de torturas”. “Nosotros somos personas de bien. No somos drogadictos, conocemos nuestros derechos. Ellos (los policías) no son más que recaudadores. Ellos querían plata, y como hombres de derecho no vamos a tranzar con esta gente”, subrayó el denunciante.
Dijo que el caso ya está en manos del Ministerio Público y que la denuncia también ya fue hecha ante la comisión de Derechos Humanos del Congreso, cuyos legisladores “se sintieron sorprendidos por lo ocurrido, por el trato de los policías”, acotó.
También la Junta Departamental de Central resolvió solicitar al Comandante de la Policía Nacional, Crispulo Sotelo, la instrucción de un sumario a los policías involucrados en el procedimiento judicial.
Dijo que su hermano Antonio recibió fuertes goles en varias partes del cuerpo; perdió el 30 por ciento de la audición y su visión disminuyó en un 20 por ciento.
Por este hecho desde este viernes están detenidos: oficial 1º. Sebastián Espinola, oficial 2° Guillermo Torres, el suboficial 1° Julio Cubas, suboficial 1° Francisco Giménez, suboficial 2° Víctor Vallejos, quienes guardan reclusión en el departamento Judicial de la Policía.