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La jornada del sábado 8 de agosto había sido normal hasta ese momento para el grupo compuesto por Abrahán Fehr Banman, sus dos pequeños hijos, Silvano Pérez Martínez y otro peón paraguayo. Habían estado realizando trabajos a bordo de un tractor dentro del predio de la familia Soljancic a lo largo del día y como ya se acercaba el atardecer, se predisponían a regresar a casa.
Sin embargo, en ese momento fueron interceptados por miembros del grupo criminal EPP, la banda que desde hace varios años aterroriza la zona norte del país y que en el último mes había fortificado su presencia en la zona del distrito de Tacuatí, luego de cierto tiempo de relativa calma.
Los cinco fueron capturados por el grupo criminal, que los obligó a abandonar las maquinarias y a caminar rumbo a una zona boscosa. Luego de un par de horas, decidieron liberar a los dos pequeños y a uno de los peones. Abrahán y Silvano quedaron con los criminales.
Casi 24 horas después, Silvano fue liberado, llevando con él una nota para la familia de Abrahán: debían entregar la suma de US$ 20.000 para que lo liberen. Uno de los hermanos del peón relataría luego que si bien no fue maltratado, lo obligaron a caminar mucho y durante todo el tiempo que estuvo en cautiverio permaneció esposado y con los ojos vendados.
En realidad, el grupo criminal ni siquiera tenía pensado secuestrar a Abrahán. Su objetivo era otro colono menonita, al que ya habían estado siguiendo y del que sabían que contaba con un caudal económico mayor. Sin embargo, cuando intentaron dar con su víctima, llegaron tarde y de regreso se toparon con Fehr Banman.
La familia Fehr Banman consiguió juntar, con muchas dificultades, la suma exigida por los captores de Abrahán y se dirigieron a la zona pactada para la entrega del dinero. Para su mala suerte, llegaron diez minutos tarde y el bolso con el dinero no fue retirado.
El grupo criminal volvería a ponerse en contacto con ellos, solo que para exigir una suma mucho mayor: US$ 500.000, en un plazo en el que a la familia se le hacía casi imposible conseguir todo el dinero. La Fiscalía esperó varios días para solicitar el bloqueo de las cuentas de la familia Fehr Banman, a pesar de que hay una ley que establece que el procedimiento se debe realizar de inmediato.
Desde el plagio, materializado el 8 de agosto pasado en Tacuatí, San Pedro, a exactamente 318 kilómetros del centro de Asunción, los criminales se comunicaron con la familia supuestamente solo un par de veces.
En la negociación, de la cual fue excluida por la misma familia la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), los terroristas supuestamente confirmaron el monto del rescate exigido, 500.000 dólares, así como revelaron el lugar y la hora del pago, que debía hacerse el miércoles 12 de agosto a las 14:00 en la misma zona.
Sin embargo, aquel día en que venció el plazo, la familia Fehr se vio obligada a convocar a una conferencia de prensa, en la cual el padre y dos hermanos de Abrahán revelaron incluso con documentos la crítica situación financiera del secuestrado, quien tiene una deuda individual de más de 225.000 dólares, casi la mitad de lo que el EPP pide por su liberación.
Los colonos también admitieron, siempre con documentos en mano, que las comunidades menonitas de la zona están incapacitadas para colaborar para conseguir el monto del rescate, por otra deuda colectiva de más de 5.000.000 de dólares con el Grupo Favero, por la adquisición de tierras.
El miedo de los productores menonitas en Tacuatí, llega a tal punto de que varios de ellos tienen la idea de retirarse de la zona, siendo Bolivia la primera opción.
Han pasado ya cuatro semanas desde que la desesperación se volvió a apoderar de otra familia de la zona norte del país. No muy lejos, los padres del suboficial Edelio Morínigo, secuestrado hace más de 400 días, siguen esperando el regreso de su hijo.