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El informe relacionado al estudio realizado por el ingeniero agrónomo Eduardo M. Sierra, especialista en agroclimatología, indica que el clima actual se encuentra dominado por el fenómeno El Niño, con la característica de ser “vigoroso y persistente”. Asimismo, adelanta que se extendería hasta la primavera.
Resalta que esto no es algo particular en el presente, porque ocurrió en episodios anteriores del fenómeno climático registrados entre los años 1982 y 1983, al igual que entre 1997 y 1998. Numerosos factores entrarán en interacción, volviendo el clima un tanto más complejo, principalmente en Sudamérica, con lo que estarán sucediéndose escenarios bastante contrapuestos –entre humedad y ambiente cálido– que tendrán continuidad incluso durante la última parte de 2016 y la primera de 2017.
Sierra también menciona una aparente reducción en cuanto al riesgo de inundaciones en la Cuenca del Río Salado de la provincia de Buenos Aires; sin embargo, no pueden descartarse de manera total, debido a la alta posibilidad de precipitaciones de aquí en adelante.
En cuanto a las “zonas ribereñas bajas del Litoral Fluvial, se verán expuestas a las crecidas de los grandes ríos debido a precipitaciones abundantes que se producirán”. Estas terminarán afectando a los territorios de Bolivia, Paraguay y Brasil, siendo el foco de acción la Cuenca del río Uruguay. Vuelve a remarcar que el foco de acción se mantendrá activo por lo menos hasta la primavera próxima con una alta probabilidad de causar la creciente de los grandes ríos durante las estaciones de otoño e invierno.
Según el estudio, el predominio del ambiente cálido y húmedo continuará durante toda esta temporada, propiciando al mismo tiempo la proliferación de enfermedades, como también la de plagas y malezas. Igualmente, el registro de precipitaciones que llegarán a obstaculizar las tareas en el sector agrícola.
Por otra parte, expone que debido a las irregularidades que exhibe El Niño, en el agroclima no se considera prudente realizar cálculos pensando en las ganancias, recomendando siempre tener un margen de seguridad en las proyecciones económicas y productivas que realice el sector agrícola.