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Artemio Vera, director de Institutos Penales, se refirió al informe de la Senad según el cual los narcos Jarvis Chimenes Pavão y “Toma’i” Rojas -ambos presos en Tacumbú- se reunieron en un sector de la cárcel para planear un atentado contra el ministro Luis Rojas. Vera reconoció que “no es tan difícil que los narcos se conecten entre sí dentro del penal”. “Esa es una realidad, separarlos es una cuestión complicada, porque debemos tenerlos en un lugar bien vigilado y el sector donde están es donde hay cámaras de vigilancia y es donde hay más guardias”, explicó.
Indicó que separar a los presos peligrosos dentro de Tacumbú complicaría aún más el sistema de seguridad, ya que “al diseminarlos ellos crearían focos de conflictos y pueden incidentar los ánimos”. Insistió en que “para nosotros es más fácil controlarlos en un sector”, aunque admitió en que de esta manera los narcos tienen permanente contacto entre sí y fácilmente pueden planear golpes desde prisión. “Se puede controlar la seguridad, pero no que hablen entre ellos, eso es complicado; incluso juegan fútbol entre ellos bajo el tinglado”, refirió, en contacto con Canal 100.
Vera señaló la necesidad de contar con un penal de máxima seguridad, similares a los de EE.UU., donde los presos considerados peligrosos están aislados entre sí. Sobre la cantidad de presos en Tacumbú, el funcionario mencionó que se manejan cifras de entre 150 y 200. “Es una situación complicada tenerle a esa gente; nuestra preocupación permanente es que ello estén acá y permanentemente buscan evadir a la justicia”, refirió.
Comentó que se toman todas las medidas para evitar las fugas, pero los internos prácticamente tienen todo el día para buscar maniobras y esperar el momento oportuno para intentar algún escape. Vera mencionó que para los directores de turno es un temor permanente algún plan de fuga, principalmente por parte de los internos peligrosos, como el caso de los narcotraficantes. “Si escapa uno de estos muchachos, el director inmediatamente queda preso en vez de ellos”, expresó.
Reconoció que el sistema de control en muchas ocasiones puede ser vulnerable, pese a que se cuenta con varios portones donde los visitantes son cateados antes de llegar hasta los reclusos. “Nosotros tenemos miedo a que se fuguen, porque ahí vamos a tener grandes problemas”, aseveró. Comentó que ya en varias oportunidades los controles pudieron evitar planes de fuga dentro del penal de Tacumbú, pero el riesgo es continuo, insistió. “Hemos abortado un monton de fugas de gente de la pesada; hasta ahora nos estamos salvando”, indicó el director.