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"Me duele mucho no poder intervenir en este tipo de situaciones, en una obra emblemática, en una obra trascendental para toda el área metropolitana seguramente, pero estamos atados jurídicamente de manos", insistió Seitz, remarcando que el cuestionado proyecto metrobús, al ser financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se rige por normas y controles establecidos por el organismo internacional.
Agregó que, independientemente de que los procesos del BID son igualmente efectivos en cuanto a transparencia, al Gobierno nacional le genera inconvenientes, ya que no hay sanción para las empresas que incumplen.
"No podemos dejar de criticar que los sistemas de controles que existen sobre la ejecución contractual de parte de organismos multilaterales no son suficientemente fuertes, porque no terminan con sanciones administrativas a los proveedores", inició explicando.
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En ese sentido, detalló que en el caso de la empresa Mota Engil, que estaría abandonando la obra y si eventualmente se comprueba que incumplió alguna parte de lo acordado, es decir, "si incumple el contrato, no existen posibilidades de sancionarla en el régimen de Contrataciones Públicas Nacional y de inhabilitarla para trabajar con el Estado, como sí recibe una contratista que, por ejemplo, construyó mal una escuela".
"Lo que sí estamos dispuestos a trabajar arduamente para transparentar todo. Si se llega a publicar acá un documento, por más que se refiera a un proceso que no se rija por el sistema de Contrataciones Públicas –que tenemos mucho en nuestro portal–, vamos a buscar la manera siempre de poner esa información disponible al público", comentó el titular de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) como único recurso para intervenir en ese caso.
Agregó que también analizan si jurídicamente es factible ofrecer algún tipo de asesoramiento al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), que es contraparte en el caso del metrobús.