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El comisario Críspulo Sotelo, quien asumió al frente de la Policía Nacional el jueves último, aseguró que trabajará para “transparentar sobre todas las cosas esa situación no agradable para nosotros”, al referirse al escándalo que sacude a la institución por el robo de dinero que debía destinarse a combustibles para las patrulleras.
En contacto con la 780 AM, el flamante jefe policial reconoció que actualmente el ente a su cargo está manchado más que nunca ante la ciudadanía pero agregó que “tenemos la oportunidad de devolver la credibilidad”.
Como “garantía” de que cumplirá su promesa mencionó que “mi familia también es parte de la sociedad civil”. “Todos los hombres y mujeres tenemos sentimientos y en honor a todos ellos hoy estamos asumiendo este desafío”, expresó.
El nuevo comandante anunció que la primera medida que ordenó al asumir en el cargo fue un corte administrativo. “Solicité a la Contraloría una auditoría; va a haber auditoría interna y externa. Igualmente me acompaña una auditoría del Ministerio del Interior”, refirió.
Ya el ministro del Interior, Francisco de Vargas, había anunciado días atrás que se iniciará una auditoría y se pediría el apoyo de la Contraloría General de la República, actualmente también en el ojo de un escándalo por la “secretaria de oro” del titular, Óscar Velázquez.
El comisario Sotelo comentó además que en su proceso de buscar la transparencia cuenta con la ayuda de un amigo, aunque no dio detalles de identidad ni la manera en que lo está apoyando. “Es un empresario que viene en forma desinteresada para ayudar en esta situación; en ese orden de cosas vamos a transparentar”, aseveró.
Comentó que paralelamente los asesores jurídicos trabajan en una revisión general en la Comandancia para determinar “qué pasó”, al referirse al negociado con tarjetas de combustibles que debían destinarse a patrulleras. “Si hay algo donde debe entrar otra institución, vamos a intentar por todos los medios que se pueda transparentar”, sostuvo.
Un detalle que ya genera suspicacias es la amistad que existe entre el nuevo comandante y su ancesor, el comisario Francisco Alvarenga, quien fue apartado justamente al verse manchado por el escándalo del negociado de combustibles. La Fiscalía inclusive imputó por lesión de confianza al exjefe policial aún cuando ejercía el cargo, lo que constituyó un hecho sin precedentes.
El mismo Alvarenga recomendó -antes de retirarse de la Comandancia- que sea su amigo quien asuma en su reemplazo. La “petición” fue avalada por el ministro del Interior y concedida por el presidente Cartes.
Críspulo Sotelo y Francisco Alvarenga son amigos que inclusive comparten una misma pasión: los caballos y las jineteadas. En varias fotos ambos aparecen compartiendo jornadas con sus corceles o en fiestas particulares.