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Hasta el más ajeno a los sentimentalismos desea reunirse con los suyos en Nochebuena y, por más que pasen los años, es difícil olvidar a aquellos que, por distintas circunstancias, dejaron lugares vacíos en la mesa familiar.
Para doña Obdulia Florenciano y don Apolonio Morínigo, padres del suboficial de Policía Edelio Morínigo, secuestrado por el grupo criminal Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) desde el 5 de julio de 2014, será la quinta Navidad aguardando que ese lugar vacío en la mesa del 24 vuelva a ser ocupado por Edelio.
Y aunque en fechas especiales se renueva la esperanza, porque en algún rincón del pensamiento se espera que hasta el corazón de los delincuentes se sensibilice, hasta ahora esa espera de cada 24 de diciembre con la esperanza de que Edelio llegue a la cena navideña ha sido infructuosa.
Hoy, 1.634 días después de la última vez que lo vieron, los Morínigo Florenciano aún preparan un plato extra en la mesa y un menú hecho con amor, con la esperanza imperecedera de que el hijo desaparecido pueda esta vez, sí, venir a compartir la cena.
Los años han traído sus consecuencias. Al comienzo, todos los demás hijos de la familia venían a acompañar a sus padres. Ahora, le dijeron a su madre que es mucho más triste cuando pasan la Nochebuena todos juntos, porque lloran, y el dolor es difícil de soportar. Es por eso que este año no irán a la casa familiar, y a doña Obdulia y su esposo Apolonio les tocará aguardar solos la medianoche.
Aunque pueda parecer un poco cruel la decisión de los demás integrantes de la familia, esta madre afirma que entiende por qué sus hijos tienen esta forma de pensar y más bien prefiere concentrarse en insistir con el único pedido que viene sosteniendo desde hace cinco Navidades.
“Encarecidamente les pido, por favor, que me cuenten qué pasó de mi hijo. Si es que vive, si es que se murió, sea lo que sea, les pido que me lo cuenten. Ya ovalema”, ruega suplicante esta sufrida madre paraguaya.
Lo que más le cuesta entender a Obdulia es que los captores pretendan que el secuestro de su hijo genera algún tipo de cambio a la injusticia social contra la que dicen luchar los secuestradores, cuando -dice- le resulta evidente que no se hace ningún daño a los poderosos. “Ven bien que esto no impacta a las autoridades, no les quebranta ni les hace nada, solo a nuestra familia están afectando”, reclamó Obdulia.
Don Apolonio, por su parte, un tanto más escéptico sobre el paradero de su hijo, pide como deseo de Navidad que “al menos queremos rescatar el cuerpo (de su hijo) para prenderle una vela”.
El 11 de abril de este año, la FTC comunicó a la familia de Edelio que este había sido asesinado hace ya tiempo. Se basaron en panfletos inconclusos hallados en un campamento desmantelado que supuestamente pertenecía al EPP, muy similar al escrito que confirmó la muerte y la ubicación del cuerpo de Abrahán Fehr Banman. Al no haber un cuerpo, esta versión quedó en duda.