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El transportista confirmó que efectivamente el Centro de Empresarios del Transporte del Área Metropolitana (Cetrapam) está detrás de la regulada que hoy sorprendió a los pasajeros. Al justificar la medida, indicó que fue “para demostrarles (a las autoridades) que sus cálculos estaban equivocados, que se engañó (en la tarifa del pasaje dada a conocer la semana pasada)”.
Indicó que los cálculos presentados por el Viceministerio de Transporte señalan que “el transporte vende boletos durante 30 días, pero los cálculos de sus costos se hacen solamente por 28 días. En vez de dejar de trabajar dos días al mes, lo que hicimos hoy fue ajustar nuestros redondos al kilometraje que ellos dicen que hacemos. Fue para demostrar que su cálculo estaba errado”, indicó.
Sobre la actitud que tuvo el sector, de ni siquiera dar un aviso previo, afirmó que “no tendría sentido el aviso”. “Ahora la gente va a creer -ya que vivió esta situación- que no hay gracia en dejar guardados los ómnibus cuando hay gente que tiene que tomar los buses”, apuntó, en contacto con la 780 AM.
Indicó que “el negocio es el transporte de personas; esto no es negocio si se hace por culpa de un capricho y un manejo equivocado”.
La regulada de hoy se realizó a dos días de un paro total de servicio. Esta medida está prevista para el miércoles, jueves y viernes. La "demostración" de Cetrapam obligó a los pasajeros a esperar durante horas en las paradas y exponerse a descuentos en sus trabajos, por las llegadas tardías. Los usuarios se disputaban los lugares en las estriberas de los pocos ómnibus que circulaban.
La medida despertó el repudio generalizado de la ciudadanía, debido a los numerosos inconvenientes que debieron soportar a causa de los empresarios.
El ministro de Transporte, Guillermo Sosa, pidió “que no nos dejemos chantajear” e instó a la ciudadanía a sacar sus vehículos particulares y ser solidarios con quienes no tienen medios de transporte propios. Instó además a los empleadores a ser tolerantes con las llegadas tardías provocadas por las reguladas.
El sector está molesto por la decisión de Gobierno de mantener el precio del pasaje en G. 2.400, cuando los empresarios reclamaban elevarlo a G. 2.800.