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La operación, que unió a la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), la DEA y a la Agencia Federal de Investigación de la Argentina, logró dar un golpe en la mañana de este miércoles a un establecimiento ubicado en San Pedro del Paraná en el límite entre Itapúa y Caazapá, utilizado para el envío de droga a Argentina, Uruguay y Chile.
El esquema de tráfico de marihuana y cocaína estaba liderado por los hermanos Wilfrido Bareiro Vargas y Rigoberto Bareiro Vargas. sobre los cuales ya pesa orden de captura.
El operativo tenía como objetivo primario interceptar camionetas que circulaban en los caminos de la zona, las cuales cumplían funciones logísticas de provisión de combustible, traslado de instrumentos aéreos y movilidad en tierra.
La presencia de un helicóptero que sobrevoló la zona alertó a los ocupantes de dos camionetas de la marca Toyota modelo Hilux, con lo que iniciaron el escape. Ambos vehículos fueron seguidos por la comitiva. En la huida se produjo un enfrentamiento a tiros entre los intervinientes y los traficantes.
Una de las camionetas que trasladaba unos 912 kilos de marihuana volcó mientras que la otra culminó su recorrido hasta quedar abandonada. En su interior se hallaron armas de uso militar. Los conductores de ambos vehículos se internaron en los montes.
En tanto otro cuerpo de agentes interceptó el vehículo conducido por Éver Vargas, quien fue capturado. El mismo abastecía de combustible a las aeronaves. Está acción tuvo lugar a metros de la base de almacenamiento. Una aeronave que estuvo a punto de descender en el punto retomó el vuelo en respuesta al despliegue del operativo, de acuerdo a la crónica de la Senad.
La organización criminal contaba con un hotel, una estación de servicios y una lujosa residencia en un punto céntrico de la ciudad de San Pedro del Paraná. En el inmueble perteneciente a Wilfrido Bareiro Vargas fueron decomisados unos 510.000 dólares americanos, una camioneta Toyota Hilux, otra de la marca Hyundai Santa Fe. Además se descubrieron elementos documentales de relevancia para la investigación.
La investigación resalta la capacidad logística de los narcotraficantes, ya que en promedio realizaban dos a tres vuelos al día con destino a la Argentina. La zona de embarque y desembarque está inmersa en el interior de un extenso predio rural con pista clandestina. La organización contaba con “campanas”, que eran pobladores que daban aviso de cualquier movimiento a los líderes de la estructura.