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En 11 meses, de los 586 casos violentos atendidos en el Ministerio de Salud, 484 corresponden a violencia contra mujeres, que conforman un 82,5%, según datos publicados por la cartera sanitaria. Además, 34 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de 2016, según las últimas cifras oficiales.
El mayor registro de casos se observa en zonas urbanas, según indica la Dra. Lida Sosa, directora general de Programas de Salud. Estima que el maltrato hacia el género femenino está más naturalizado en el sector rural, por lo que las mujeres denuncian menos. El machismo imperante en esos sectores generalmente es el causante de la baja tasa de casos denunciados, según señala.
Generalmente, cuando se habla de violencia contra la mujer, muchos critican que se aboque la problemática de la violencia hacia un solo género, dejando de lado el masculino. Sin embargo, la diferencia entre una agresión y otra está centrada en las causas y los atacantes.
Los hechos agresivos son ejercidos sobre una persona solo por su género. Las acciones que consideramos violentas son todas aquellas que afectan de forma negativa a la identidad, sexualidad, libertad, salud física y mental y al bienestar social de una persona.
Maltrato físico:
Cualquier conducta que implique el uso deliberado de la fuerza contra el cuerpo de la mujer, con intención de ocasionar lesión física, daño o dolor. Empujones, bofetadas, puñetazos, patadas, golpes, arañazos, punzamientos, mordeduras, quemaduras, etc., pudiendo llegar a producir hematomas, fracturas, heridas, cortes y lesiones irreversibles, se incluyen en esta tipología.
Maltrato psicológico:
Todo tipo de conductas que atenten contra la integridad psíquica y emocional de la mujer: amenazas, insultos, humillaciones, exigencia de obediencia o sumisión, aislamiento social, culpabilización, privación de libertad, el chantaje emocional, el rechazo, el abandono. Las víctimas de agresiones psíquicas son presas fáciles de la violencia física o sexual.
Violencia sexual:
Cualquier conducta que implique un acto de naturaleza sexual realizado sin consentimiento de la mujer. No solo se incluyen las que implican contacto corporal, como caricias y violaciones. Forzar a ver materiales pornográficos, mensajes, gestos o palabras obscenas e insultos sexistas, además del tráfico de mujeres y niñas con fines sexales, también se consideran actos de violencia de género.
Maltrato económico:
Son manifestaciones de este tipo de conducta: no dar a la mujer el suficiente dinero, administrar los recursos económicos sin consultar ni dar cuentas a la mujer, administrar o disponer del dinero que ella gana impidiéndola acceder de manera directa a sus propios recursos, descalificar a la mujer como administradora del dinero, etc.
Este tipo de acciones es considerado como violencia porque no se provee de recursos básicos para el bienestar de la mujer y sus hijos, por lo que la madre se ve obligada a permanecer con su pareja solo por sus hijos. Generalmente esta agresión va acompañada de las psicológicas.
Maltrato social:
Aquí se incluye cualquier conducta que implique humillación, ridiculización y burla en público. El agresor se muestra descortés con las amistades o familiares de la mujer, seduce a otras mujeres en su presencia, por ejemplo.
Maltratos ambientales:
Cualquier acción consistente en romper o golpear objetos, tirar cosas que pertenecen a la mujer, destrozar pertenencias personales, generalmente va acompañado de agresiones verbales o físicas.
En nuestro país, contamos con instancias específicas en las cuales la mujer puede denunciar violencia de género. Estos son algunos de los contactos:
En caso de requerir atención médica, se insta a recurrir al servicio de salud más cercano, principalmente si fue víctima de violencia sexual para provisionarle de antirretrovirales para la prevención de infecciones de transmisión sexual, VIH/sida, así como píldoras de atención de emergencia para evitar un embarazo producto del abuso.