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Carmen Villalba está condenada a 15 años de cárcel y tres años de seguridad, por el secuestro de María Edith Bordón. Ella se autoproclamó vocera del grupo criminal Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Además, tiene un buen manejo de armas y un impecable estado atlético.
Su presencia en la cárcel es intimidante, tanto que casi ninguna de las guardiacárceles ni las autoridades del Buen Pastor quieren acercarse a ella. Carmen Villalba se hace rodear de condenadas por secuestro y procesadas por el mismo delito, todas supuestamente vinculadas al EPP.
La fiscala Celia Beckelmann elevó recientemente un informe al fiscal general, Javier Díaz Verón, en que se reveló la influencia que tiene Villalba en el Buen Pastor, así como su peligrosidad.
Por motivos de seguridad, Carmen Villalba debía cumplir su condena en el Cuartel de Agrupación Especializada de la Policía, pero el 3 de febrero de 2006 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pidió informes sobre la permanencia de la secuestradora en un centro de detención para hombres.
En la cárcel del Buen Pastor prepararon un sitio de máxima seguridad para Carmen Villalba, quien reingresó a este presidio el 26 de abril de 2006, por orden del juez Carlos Escobar.
Días después, el 9 de mayo de 2006, Carmen Villalba se encerró en su celda con un candado y golpeó el balancín con una escoba hasta sacar parte del hierro.
El 13 de julio de 2006, la dirección alertó al juzgado respecto a que Villalba escribió textos mencionando a las celadoras y solicitó que Francisca Andino –condenada por el caso Cecilia Cubas– tenga acceso a su celda.
El 30 de agosto de 2006, el fiscal Blas Imas y su colega Beckelmann, junto a policías, ingresaron al Buen Pastor para una requisa. Villalba no permitió la entrada a su celda y para asegurarla usó su propio candado.
Además, Villalba gritó a la fiscala: “¡Alguna vez se hará justicia!”. La reclusa también amenazó: “Vas a ver en 24 horas, Beckelmann”.
El 11 de julio de 2007 aconteció uno de los sucesos más graves: con un cuchillo, Carmen Villalba tomó de rehén a una celadora, exigiendo que se le devuelva sus escritos que le habían sido requisados anteriormente. La situación no pasó a mayores gracias a la mediación de la aquel entonces abogada defensora, Raquel Talavera.
El 16 de octubre de 2008, la fiscala Beckelmann encabezó una requisa, pero por el camino Carmen Villalba le cerró el paso y la agredió verbalmente. Además, incitó a las demás reclusas a que se alcen, siendo apoyada por Francisca Andino.
Según el informe de la propia fiscala Beckelmann, el incidente mencionado tuvo como objetivo que Carmen Villalba emitiera mensajes a personas externas, porque aprovechó el momento para hablar con los medios de prensa.
La secuestradora fue castigada en aquel entonces con tres días de aislamiento en su celda.
Días después, reclusas que realizaban actividades en la fábrica de confecciones Trazol denunciaron que Carmen Villalba constantemente las amenazaba de muerte, por no plegarse a las medidas de fuerza de las demás convictas.
Las afectadas pidieron estar todas juntas en un mismo pabellón, ya que no podían descansar por culpa de la vocera del EPP.
El juez Escobar se apartó de la causa el 10 de diciembre de 2008, por las reiteradas amenazas y el trato poco digno por parte de Carmen Villalba.
Nuevamente, Carmen Villalba protagonizó un incidente en la cárcel de mujeres, esta vez el 7 de abril de 2009. Sorpresivamente, despojó a una celadora de su cuaderno de oficio de informes. La guardiacárcel le exigió la devolución, pero la reclusa la amenazó.
El 4 de mayo de 2009 –según el informe– instó públicamente a la violencia y asumió estar implicada en el atentado en el Palacio de Justicia, que sucedió días antes.
Los días 8 de mayo, 19 de mayo y 7 de julio, de 2009, los jueces Lourdes Scura, Ana Llanes e Isacio Cuevas se inhibieron de entender en el expediente de Villalba.
Pasaron varios años sin que se conozca de incidentes, hasta que el 17 de setiembre de 2012, la dirección del Buen Pastor pidió al juzgado que ordene el traslado de Villalba a otro lugar, debido a su alta peligrosidad.
El argumento fue que Carmen Villalba mantenía en zozobra a la población carcelaria e insultaba a las guardias, instándolas a un levantamiento contra la institución. Incluso, ella mismo dijo que durante un motín con toma de rehenes se escaparía o la rescatarían.
El 15 de marzo de 2013, Carmen Villalba evitó la instalación de cámaras de seguridad en el sector de máxima seguridad de la cárcel. Encabezó un motín que hizo desistir a las autoridades de la cárcel del uso de la tecnología.
También en el informe se hizo constar que Carmen Villalba realizó caminatas en el patio pequeño de la cárcel, con una actitud sospechosa. Con esto, la condenada incumplió una decisión judicial que establece que ella solo puede realizar actividades deportivas en el patio principal.
Finalmente, el 28 de agosto llegó un informe a la Fiscalía de Ejecución, en el cual se consignó que internas que pidieron el anonimato pusieron a conocimiento un plan de motín y que fueron amenazadas por Carmen Villalba si no se sumaban.
En el informe, la fiscala Beckelmann resaltó que las funcionarias de la cárcel del Buen Pastor son incapaces de controlar la conducta de Carmen Vilalba, así como la inhibición de todos los jueces de Ejecución.
Actualmente, Carmen Villalba está de forma provisoria en el cuartel policial de la Fuerza Operativa de la Policía Especial (FOPE).