Un aula se derrumba por mes en promedio

Desde enero a agosto de este año se registraron ocho aulas que sufrieron derrumbes, ya sean de sus paredes, techos o alguna otra parte de su estructura, lo que hace un promedio de un aula caída por mes.

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Desde enero de este año, las noticias sobre derrumbes de techos en las instituciones públicas se han vuelto tristemente frecuentes.

Hasta parece irónico que construcciones recién edificadas en las que se invirtieron millonarias sumas se derrumben en pedazos en cuestión de meses. El hecho nos lleva a inferir una conclusión posible: se está construyendo con materiales de pésima calidad mientras que en los registros hacen figurar presupuestos de materiales de alta calidad.

ABC Color preparó un pequeño recuento con los principales derrumbes ocurridos desde el mes de enero de este año:

El 20 de febrero pasado, parte del techo de un salón de la escuela Nuestra Señora del Asunción de Coronel Oviedo se desplomó. Como aún no se iniciaban las clases en esa fecha, ningún estudiante salió herido. En esa oportunidad, la directora de la institución, Alba Ortiz, aseguró que solicitó la refacción de los salones a la municipalidad y a la gobernación, pero no obtuvo ninguna respuesta.

El 26 de abril de este año, el techo del Colegio Nuestra Señora de la Asunción, ubicado sobre la calle Venezuela, se vino abajo. En este caso, se trataba de un edificio viejo, por lo que un eventual derrumbe era de esperarse. Afortunadamente, ningún estudiante ni docente resultó herido, pues justamente debido a su estado vetusto el sitio ya había sido clausurado. El argumento para la no renovación es que se trata de un Patrimonio Cultural.

Se planeaba la construcción de un nuevo edificio para la escuela pero este no pudo terminarse nunca.

La triste seguidilla de derrumbes continuó el 6 de mayo, cuando cayó parte del techo de la escuela María Felicidad González de Asunción. Niños del preescolar se encontraban desarrollando clases en el salón, pero, afortunadamente, eran muy pocos y se encontraban en un rincón de la clase, por lo que resultaron ilesos. Portillo, directora de la entidad, comentó a ABC Cardinal que donde cayó parte del techo es “un aula muy vieja”.

Apenas unos días después, el 11 de mayo, parte del techo de la escuela Padre Adriano Formoso, ubicada en una compañía rural del distrito de San Cosme y Damián, se desplomó. Los lugareños habían solicitado la reparación ya en el 2015, pero no obtuvieron respuesta.

El 22 de junio de 2016, la escuela Nº 5.369 Bernardo Ayala Vázquez , de Quiindy, protagonizó la información tras el derrumbe de uno de sus techos. La institución se estaba refaccionando.

Apenas pocos días después, el 30 de junio, tuvieron que cerrarse tres aulas en una escuela del asentamiento Pablo Ibáñez, del distrito de Gral. Resquín, departamento de San Pedro, debido al derrumbe del techo de un aula. La intendencia de la ciudad declaró emergencia educativa y prometió gestionar ayuda. Los padres se manifestaron ante la peligrosidad que sufren sus hijos.

A pesar de que hace tiempo la comunidad reclama el pésimo estado, nunca hubo visita de parte de autoridades municipales ni del Ministerio de Educación y Cultura.

El pasado 2 de agosto, cinco niños resultaron heridos tras el derrumbe de la galería de la escuela Virginia Ayala de Gonzálezubicada en la compañía Tapé Guasú de Piribebuy. Informaciones indicaron que hace apenas dos meses se habían inaugurado mejoras en el centro educativo. Dos de los menores sufrieron heridas de mayor gravedad. Un alumno de 13 años tiene una fractura, mientras que una niña tiene rotura en la cabeza.

La fiscal Sunilda González adelantó que está analizando imputar a la directora de la institución.

Dos días después, este jueves 4 de agosto, parte del techo de la escuela Defensores del Chaco, de la compañía Ybyhanguy Segunda de San Bernardino se desplomó.

Las autoridades de la institución afirmaron que en marzo de este año habían enviado a la Municipalidad de San Bernardino el pedido de reparación, atendiendo a que varios tirantes de madera de un aula del nivel inicial tenían fisuras; sin embargo, el intendente Luis Aguilar Ríos nunca contestó dicha solicitud.

La ley del Fonacide establece que al menos el 50 % de los recursos transferidos a las Municipalidades debe destinarse a mejorar la infraestructura de las instituciones educativas. Sin embargo, los constantes derrumbes nos llevan a preguntarnos en qué se está invirtiendo o despilfarrando ese dinero.

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