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“Sin duda, el crecimiento de las tasas de homicidio desde los años 1980 y 1990 coincide con el crecimiento de la circulación de armas. En Latinoamérica, al menos 80.000 homicidios cada año son ocasionados por armas de fuego”, señala el Informe Regional de Desarrollo Humano 2013-2014, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en su apartado sobre armas de fuego.
Durante el 2011, 2012 y 2013, fueron registradas en la Dirección de Material Bélico (Dimabel), un total de 41.567 nuevas armas de fuego. La mayoría de los poseedores alegaron que usarían su arma para defensa personal, otros para uso deportivo y -en menor cantidad- para coleccionarlas.
En el mismo informe mencionado se detalla que en Paraguay, 427 homicidios fueron cometidos entre el 2000 y el 2010 con armas que estaban legalmente registradas.
Además, al englobar los nuevos registros, más las renovaciones y además las transferencias de armas, la cifra de cantidad de armas registradas sube a más de 100.000 en los últimos 4 años. [Ver infografía]. El informe de PNUD señala además que para el 2004, el total de armas registradas legalmente en Paraguay alcanzaban 361.093.
“La portación de armas se ha generalizado de forma preocupante y creo que contribuye totalmente en la inseguridad reinante”, dijo el diputado Miguel Ángel del Puerto, presidente de la comisión de Defensa Nacional, Seguridad y Orden Interno de la Cámara Baja. Dijo que están trabajando en conocer los esquemas utilizados en países de la región para ver cómo se puede paliar esta situación.
No es descabellado asociar el aumento de la circulación de armas con el aumento de hechos punibles. A modo de ejemplo se puede citar que durante el 2012 el 64 por ciento de los homicidios en Paraguay fueron cometidos con armas de fuego; porcentaje que se mantuvo en el 2013, cuando el 62 por ciento de los homicidios cometidos de enero a octubre fueron también con arma de fuego, según datos de la Policía Nacional.
De acuerdo con datos de la Dimabel, la mayoría de las personas que registran armas pertenecen al departamento Central, seguida por gente de Alto Paraná. Además, la mayoría de los que registran armas son hombres; solamente un 10 por ciento del total son mujeres.
La Dimabel no cuenta con datos precisos de las edades de las personas que registran las armas, pero según el Tte. Coronel Óscar Villagra, actual jefe de la Dimabel, el promedio de edad de los registrantes es de 25 a 45 años, es decir adultos jóvenes.
En Paraguay la ley 4036 permite a los civiles acceder a armas de fuego de forma legal para uso de defensa personal, uso deportivo y también para colección, pero: ¿Cómo se puede tener control sobre lo que las personas hagan con sus armas?
Para el diputado Del Puerto, actualmente el control sobre el tema de las armas está fuera del alcance de los mecanismos de seguridad. Para la PNUD, el acceso fácil a armas de fuego puede derivar en la transformación de conflictos y actos delictivos en “episodios letales”.
Y a más de las armas legalmente registradas, existe un enorme mercado negro por el cual ingresan fuera de todo control armas cuyo destino y uso no se conocen. Solamente en el 2013, fueron incautadas 938 armas por tenencia ilegal; y solo ayer, la Secretaría Nacional Antidrogas incautó un importante lote de municiones para armas de guerra.