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Luis Rojas, titular de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), se refirió a la repercusión que tuvo el asesinato de Pablo Medina y Antonia Almada, perpetrado el pasado 16 de octubre pasado en Villa Ygatimí. Consideró que la reacción ciudadana y de los propios políticos sorprendió a los autores materiales e intelectuales, así como a los demás grupos de narcotraficantes. “No esperaban que podían tener esta respuesta”, aseveró.
Sobre la dificultad para ubicar a Neneco y sus cómplices, a casi un mes del crimen, el ministro consideró que es cuestión de tiempo y reafirmó que el grupo continúa en el Paraguay, aunque algunos sostienen que cruzaron la frontera. Rojas fue más allá y consideró que el mismo narcotráfico, los criminales que lo apoyaban, actualmente buscarían “silenciar” a Acosta para evitar más problemas. “Nadie ahora quiere complicarse con él”, manifestó, en contacto con la 780 AM.
Al ser abordado con respecto a si efectivamente la misma mafia estaría intentando matarlo, indicó que “quieren solucionar el problema antes que el aparato estatal les encuentre. No creo que le quieran vivo, creo que el crimen organizado... No creo que lo agarren con vida”, sostuvo.
Consideró que hay cierto malestar en la misma estructura dedicada al narcotráfico, debido a que Neneco decidió matar a Pablo Medina de manera “inconsulta” y actualmente -ante la reacción de las instituciones- las actividades de los criminales se dificulta. “Posiblemente las otras estructuras criminales tratarán de 'silenciarlo', creyendo que con eso va a terminar algo, cosa que no va a ser”, refirió.
Garantizó que hay instrucción del Gobierno de continuar con el combate al narcotráfico. “Los organismos de seguridad recibimos instrucciones muy concretas y las vamos a acatar y cumplir”, refirió.
El jefe antidrogas insistió en que ni el mismo Neneco habría dimensionado las consecuencias de haber dispuesto la muerte de un periodista. “Era político, tenía protección política se sintió impune y ordenó la muerte; se sentía más que seguro”, manifestó.
En otro momento, Luis Rojas indicó que en Paraguay “es fácil lavar el dinero del narcotráfico”, debido a la informalidad que permite el sistema financiero.
Otra versión a la que accedió ABC Color afirma que los narcotraficantes de esa zona sí estaban en conocimiento del atentado y que decidieron junto a Vilmar Acosta matar al periodista Pablo Medina durante un asado entre los grupos mafiosos.
Datos de inteligencia de la policía brasileña y de la fiscalía en Paraguay aseguran que algunos grupos pusieron precio a la cabeza de Vilmar Neneco Acosta Marques por perjudicar al negocio narco en la zona, además de tener conocimiento de muchos poderosos que tienen vínculos con el negocio fronterizo.