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Ocurrió sobre el kilómetro 19,5 de la ruta II, donde dos personas fanáticas de Olimpia, que aún no fueron identificadas, resultaron con heridas, una de arma de fuego en la pierna y otra con heridas en la cabeza, presumiblemente hechas por policías que intentaban detener el enfrentamiento, según reportes del periodista Víctor Ruiz.
Mario Kein relató que tres colectivos con brasileños se detuvieron en la dirección mencionada y comenzaron a agredir a los olimpistas que se encontraban celebrando la victoria. Denunció que los extranjeros fueron los que descendieron de los buses y provocaron el enfrentamiento.
Su camioneta quedó con todos los vidrios rotos a raíz de la trifulca.
Así también, otros testigos manifestaron que los brasileños traían consigo piedras y hasta armas de fuego, y desquitaron su furia por la derrota de su equipo.
En los alrededores quedaron vestigios del enfrentamiento, entre trozos de piedras, cristales rotos y latas y botellas de cerveza.
Más adelante, en el kilómetro 23 de la misma ruta, los buses con chapa brasileña fueron demorados por la Policía y todos sus ocupantes fueron bajados, en medio de una fuerte custodia policial y de antimotines.
El chofer de uno de los colectivos, visiblemente nervioso, relató que se vieron obligados a detenerse por el ataque de los olimpistas y que en realidad no fueron ellos los que empezaron.
También manifestó que al menos cinco de ellos resultaron lastimados. Uno de ellos, identificado como Bruno, sufrió una fractura, por lo que permanecerá un poco más en nuestro país, mientras que los demás heridos fueron dados de alta.
Otros hinchas del Mineiro cayeron en contradicciones y sostuvieron que uno de los buses realmente se detuvo por una falla mecánica y después de eso supuestamente fueron atacados.
Una vez que la Policía terminó el procedimiento, los extranjeros abordaron de vuelta el bus y fueron escoltados por patrulleras hasta llegar al territorio brasileño.
En un portugués muy cerrado, varios de los integrantes de una barra brava de Mineiro expresaron “o torcida va a esperar”, como una suerte de amenaza para los hinchas que viajarán a Brasil el próximo miércoles para el partido de vuelta de la Copa Libertadores.