“¡Basta de violencia y odio!”

La Iglesia Católica condenó el asesinato de policías en el Norte e hizo un llamado firme a los criminales a frenar esta ola de violencia. “Cesen de matar a sus hermanos”, expresó al tiempo de reclamar medidas al Gobierno.

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Antes de la homilía central en la basílica de Caacupé, monseñor Claudio Giménez adelantó parte de un comunicado de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) en que las autoridades locales de la Iglesia Católica hacen referencia a dos atentados perpetrados en menos de una semana en San Pedro y Amambay, donde fallecieron cinco policías.

En el documento, los obispos expresaron su “condolencia, solidaridad y cercanía espiritual con los familiares y camaradas fallecidos”. Igualmente, “elevan una oración para que el Señor los reciba en su gloria y pide consuelo para sus seres queridos”. Ya al término de la celebración religiosa se procedió a la lectura completa del texto, en el cual “la Iglesia condena la violencia, el ensañamiento y la irracionalidad demostrados por los autores de estos asesinatos”. Seguidamente, hizo un llamado firme: “¡Basta de violencia y de odio! ¡Cesen de matar a sus hermanos!”.

La CEP lamentó el derramamiento de sangre entre paraguayos, que se reactivó el domingo pasado, cuando el papa Francisco aún se encontraba en el país, donde difundió un mensaje de paz. “Estos hechos criminales enlutan a toda la ciudadanía, a pocos días de la fiesta de la fe y la esperanza, de profunda alegría vivida con la visita del papa Francisco”, expresó la Conferencia.

Por otra parte, la Iglesia igualmente reclamó al Gobierno medidas firmes para frenar esos asesinatos. “Se reclama a las autoridades arbitrar todas las medidas para garantizar la vida y los bienes de las personas en este suelo patrio”, refirió. Tras señalar que “la sangre derramada clama a Dios desde la tierra”, los religiosos culminaron el comunicado con la frase “repudio, dolor e indignación por el asesinato de policías”.

La ola de violencia en el Norte se reactivó cuando el domingo 12 de julio, en horas de la tarde, dos policías fueron emboscados y acribillados, en Pacola, entre Amambay y San Pedro. Luego del asesinato a sangre fría, los criminales quemaron la patrullera en que se desplazaban las víctimas. Cuando aún se lamentaba la muerte de los agentes, el viernes 17 se produjo otro atentado en la zona, esta vez en Yaguareté Forest, departamento de San Pedro, donde los autores nuevamente mataron a balazos a tres agentes y luego prendieron fuego a un segundo vehículo policial.

Inicialmente, el Gobierno apuntó a que se trataría de hechos perpetrados por el EPP, una banda de asesinos y secuestradores instalada desde hace más de una década en la zona, sin que las autoridades de turno puedan frenarla. Apenas un día después, el sábado, el Ejecutivo apuntó por primera vez al “narcoterrorismo”.

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