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El aceite de cannabis es una medicación que aún no figura en los registros del Ministerio de Salud de Paraguay, por lo que la reglamentación contempla que se realice la importación necesariamente bajo autorización, explicó a ABC Color la directora de Vigilancia Sanitaria de la institución, María Vargas. Es la primera vez que se utilizará esta medicación en Paraguay bajo autorización legal del MSP.
El adolescente que recibirá el tratamiento es un menor de 15 años, diagnosticado con un trastorno del espectro autista. El adolescente padece del Síndrome de Lennox-Gastaut (LGS), un tipo raro de epilepsia. El médico tratante, el neurólogo pediatra Víctor Alejandro Gaona Alarcón, intentó otras formas de tratamiento, pero el joven no respondía a la medicación anticonvulsiva y los ataques epilépticos continuaban, por lo que el profesional decidió recurrir a esta droga alternativa que recibe la denominación de compasiva.
Por otra parte, la medicación que estaba recibiendo el joven la importaban desde España y resultaba extremadamente costoso para los padres. Debido a que su tipo de ataques epilépticos no respondían bien a los medicamentos anticonvulsivos, además, el medicamento que estaba recibiendo era enviado desde España y resultaba extremadamente costoso.
La directiva aclaró que esto no se trata de una aprobación de la droga en el país, sino solo de la autorización de la importación de dos frascos, con la finalidad de uso compasivo para un paciente con epilepsia. “El tratamiento fue solicitado por el médico luego de haber probado varias alternativas terapéuticas. El médico y los padres firmaron un consentimiento, y el doctores responsable tanto como del tratamiento como del control de los resultados”.
Una vez que se acaben los dos frascos que fueron autorizados, y, si es que el paciente evoluciona con el tratamiento, el médico podrá solicitar de vuelta el producto.
Hasta el momento, señaló la directora de Vigilancia Sanitaria, el país no recibió ninguna solicitud de registro de esta medicación, por lo que, dijo no estar tanto de estudios que prueben el funcionamiento de la medicina. “Una vez que una empresa pida el registro ahí recién se evaluará si se les concede, para que el medicamento pueda ser comercializado en el país”, concluyó Vargas.