Autoridades de la Iglesia explicarán “conducta indecorosa”

El arzobispo Edmundo Valenzuela y otras tres autoridades eclesiásticas deberán explicar en el juicio a Silvestre Olmedo, expárroco de Limpio, qué averiguaron al investigar preliminarmente el “gesto indecoroso” de su colega, acusado de acoso sexual.

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El vicario general del arzobispado de Asunción, el sacerdote Óscar González; el ex vicario general y actual canciller, el sacerdote Martín Ortiz, y el extitular del Decanato 9 y ahora párroco de Areguá, el sacerdote Dionisio Echagüe, también deberán declarar junto al arzobispo Valenzuela en el juicio oral y público a Silvestre Olmedo Lezcano (59), fijado para el 7 de junio próximo en San Lorenzo.

Las mencionadas autoridades de la Iglesia conformaron una comisión para investigar internamente al entonces párroco de Limpio. La cabeza era el presbítero González, pero al contactar con él se excusó de brindar información al respecto, ya que el espíritu del Derecho Canónico se lo prohíbe, según contestó a ABC Color. Tampoco respondió sobre su comparecencia.

Sin embargo, el Art. 203 del Código Procesal Penal establece la obligatoriedad de testificar en juicio, salvo algunas excepciones, en el caso de parientes o menores de edad (Art. 205). De hecho, si no acuden al juicio, el tribunal puede ordenar a la Policía la detención de los testigos para obligarlos a comparecer.

Silvestre Olmedo estuvo una semana en la cárcel de Emboscada.
Silvestre Olmedo estuvo una semana en la cárcel de Emboscada.

No obstante, trascendió que la comisión suspendió su investigación interna hasta tanto la justicia ordinaria se expida al respecto, de acuerdo a lo que establece el protocolo de prevención de acoso sexual de la Iglesia Católica. Las abogadas de la víctima quieren que los cuatro clérigos testifiquen sobre la investigación que hicieron, según explicó la abogada Mirta Moragas. Al menos, contar lo que indagaron hasta el momento en que se congeló el sumario tras abrirse el expediente penal.

Silvestre Olmedo está acusado de manosear a una joven de 20 años, en septiembre de 2016. La víctima era coordinadora de la pastoral juvenil de la parroquia de Limpio. “(Le) tocó su parte íntima, especialmente su pecho y espalda, con intención y connotación sexual, y él era la máxima autoridad”, contó la abogada Sonia Von Lepel a ABC TV.

La acusación del Ministerio Público es por acoso sexual, delito que tiene una expectativa de pena de entre 6 meses y dos años de prisión, aunque es excarcelable. El Código Penal castiga a la persona que hostiga a otra con fines sexuales y “abusando de la autoridad o influencia que le confieren sus funciones” (Art. 133).

La abogada Moragas explica que la conducta se configura en el delito porque Silvestre Olmedo era la cabeza de la parroquia y, como la víctima lideraba la pastoral de juventud, había una relación de jerarquía. En ese sentido, el sacerdote abusó de su autoridad para hostigarla y manosearla, recalca.

Aunque un tribunal de sentencia condene en juicio a Silvestre Olmedo por acoso sexual, el sacerdote no perderá su ministerio, según ya lo había adelantado el arzobispo Valenzuela.

Y a pesar de que la investigación interna no culminó, el prelado ya concluyó que la conducta de su colega fue un "un acto indecoroso, un acto no grave” para el Derecho Canónico. Si bien fue suspendido, su reincorporación al sacerdocio dependerá de su comportamiento tras la penitencia que se le impuso, había dicho en febrero de 2017 en una entrevista concedida a ABC Color.

Leer entrevista: Arzobispo afirma que cura cometió un gesto indecoroso, una falta “no grave”

Igualmente, en el juicio también se le preguntará al arzobispo cuál fue la conducta indecorosa pero no grave en que incurrió Silvestre Olmedo, coincidieron Moragas y Von Lepel. Ambas abogadas son voluntarias en el Consultorio Jurídico Feminista, que asiste probono a la víctima.

Cuando la comisión estaba en plena etapa de investigación interna, Edmundo Valenzuela, en una nota dirigida a los jóvenes de la pastoral de Juventud de Limpio, había minimizado el acoso sexual. Dijo que la conducta de Silvestre Olmedo fue un “gesto indecoroso” y que el párroco aceptó reparar el daño moral con “ejercicios espirituales y una vida austera, durante todo el periodo de investigación canónica”

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También comparó el acoso sexual con una piedrita, al pedir a la grey “no hacer de una piedrita una montaña”. Tras las críticas, el arzobispo envió una carta dirigida a la comunidad católica y reconoció que no fue del todo correcta la frase utilizada.

Luego, pidió perdón por si fue inadecuada su expresión y añadió que su intención no fue minimizar la conducta del sacerdote.

No obstante, de esta forma reconoce la falta de su colega y juzga el hecho, trabajo que debería estar a cargo de la comisión.

Leer más: Arzobispo compara con “piedrita” acoso de cura contra joven limpeña

El tribunal de sentencia que juzgará a Silvestre Olmedo está conformado por los jueces Óscar Rodríguez Masi, Leticia de Gásperi y Julio César Granada. El fiscal acusador es Luis Chamorro.

Inicialmente, Olmedo fue imputado por coacción sexual y violación, por lo que estuvo una semana con prisión preventiva.

Como Edmunda Valenzuela cumple 75 años en noviembre próximo y renunciará, se espera que la Santa Sede nombre en las próximas semanas a un arzobispo coadyutor.

Es tradición que meses antes de que el arzobispo renuncie se nombre su futuro reemplazo como coadjutor, para que el renunciante le vaya mostrando y enseñando la labor pastoral que sumirá.

Valenzuela deberá presentar renuncia en menos de seis meses y es posible que la designación del arzobispo coadjutor coincida con la polémica por el juicio a Silvestre Olmedo.

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