Atacan estancia en Tacuatí

Desconocidos ingresaron a una estancia en la citada localidad perteneciente al departamento de San Pedro. Los atacantes quemaron un tractor y dejaron un panfleto con distintivos del grupo criminal EPP, con influencia en el norte de la Región Oriental.

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Así también señalaron que los individuos, supuestos miembros del EPP, dejaron un panfleto en el que “establecen sus leyes” prohibiendo el cultivo de soja, maíz y otros productivos que utilice agro tóxico, así como que los empleados de estancias no usen armas. El escrito finaliza con la frase: ¡Viva el EPP!

Las fuentes además señalaron que el hecho habría ocurrido en horas de la tarde del fin de semana pasado y que recién trascendió este lunes. Durante el hecho no se registraron víctimas que lamentar y tampoco se reportó la toma de rehén o desaparición de trabajadores del establecimiento.

Efectivos de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) ya tienen conocimiento del hecho y en horas de la madrugada de este martes se desplazarán hacia la zona del ataque. Para llevar a cabo la investigación relacionado a este ataque ya fue designado el agente fiscal Alberto Torres, de la Unidad Antisecuestro de San Pedro.

Miembros del autodenominado EPP incendiaron una topadora perteneciente al ganadero Luis Alberto Lindstron Picco, quien fue emboscado y acribillado el 31 de mayo del 2012, dentro de la mencionada estancia, de la empresaria Maris Llorens.

El hecho ocurrió el 7 de mayo del 2012 en horas de la noche. A la tarde del mismo día el maquinista dejó la topadora a la vera de un camino interno de la estancia, para proseguir al día siguiente con el trabajo. Alrededor de las 22:00, los miembros del EPP llegaron hasta el lugar y rociaron la máquina con combustible.

El caso fue descubierto recién al día siguiente y tras una minuciosa verificación, los responsables de la propiedad hallaron pisadas a unos metros lugar. Seis personas participaron del ataque, pero solo una de ellas efectuó todo el “trabajo”. En dicha oportunidad los delincuentes dejaron un escrito.

Las víctimas no habían denunciado el hecho a las autoridades por miedo a represalias por parte del grupo criminal.

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