Cargando...
Don Ramón Caballero nació en una estancia ubicada en la zona de Paso Barreto y cuando se inició la contienda en el Chaco fue a defender al país, contó orgulloso. Muy lúcido y con ciertas dificultades en el audio contó que antes de ir al frente de batalla estuvo un mes en el cuartel de la ciudad de Concepción de dónde partió en barco junto a otros numerosos jóvenes.
Recordó que estuvo durante siete meses en la línea de combate donde fue herido en el pecho y tuvo que ser derivado hasta el hospital de Villa Hayes y posteriormente pasó a Benjamín Aceval, a pesar de que se repuso de la herida ya no volvió a la guerra y regresó a su casa en Concepción. “También el teniente primero que nos acompañaba fue herido, fui hasta Oruro ya en territorio boliviano. ”, comentó en guaraní.
Una de las anécdotas que siempre comenta es la que se refiere a la manera en que comían: se les distribuía carne conservada, si el tamaño era chico lo comían entre dos, pero si era grande lo compartían con más soldados. “Las latas vacías las guardábamos para utilizarlas como cucharón para sacar la comida o como jarro, cuando nos repartían agua. En muchas ocasiones el camión que distribuía el agua no llegaba a los sitios donde estábamos y ahí nos ingeníabamos, muchos cortában la raíz del ysypó para chupar un poco de líquido”, sostuvo.
Luego de recuperarse de la herida recibida en la guerra siguió trabajando como peón en estancias de la zona de Paso Barreto y Loreto. Tiene un total de nueve hijos y no cuenta con registros de la cantidad de nietos, bisnietos y tataranietos, hace 37 años que enviudó.
El próximo 31 de julio el excombatiente cumplirá 102 años. Según sus familiares, goza de buena salud, hasta ahora alimenta a sus gallinas y guineas, recoje los huevos y hasta realiza trabajos con una azada. Camina sin dificultad y cruza alambradas sin ningún tipo de inconvenientes, en ocasiones juega a las cartas y recibe la visita de muchos amigos. No tiene ningún tipo de inconvenietnes a la hora de comer.
Hace tres años que lo asaltatron, eran personas que residían en la zona de Hugua Bonete. En esa ocasión, los delincuentes le dispararon y le robaron un poco más de un millón de guaraníes, que era parte del sueldo que cobró recientemente por haber sido soldado durante la guerra. Desde entonces se mudó a la casa de uno de sus hijos que vive al lado de su propiedad.