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En el examen realizado por el médico Pablo Lemir, del Ministerio Público, se pudo determinar que “Silvio Barboza falleció a causa de un solo disparo de proyectil de arma de fuego que ingresó en la parte posterior de la cabeza, la región parieto occipital del lado derecho y la munición quedó en la región malar debajo de la piel”.
La munición pudo ser extraída y se observó que se trata de un plomo desnudo, aparentemente de calibre 38 mm, que será analizado posteriormente por personal del Departamento de Criminalística de la Policía Nacional para determinar si es del tipo utilizado normalmente por el grupo criminal EPP.
La causa de la muerte es el único disparo que provocó la destrucción del tronco encefálico. En cuanto a la distancia, esta aún no se puede precisar, pero se tomaron muestras de la herida y de los vellos del cuerpo para estudiar. En un principio se pude decir que la boca del arma no estaba apoyada por el cuerpo, por lo que el disparo se presume fue de larga-media distancia.
También se encontraron dos heridas post mórtem :dos orificios de entrada y un refilón que habrían sido producidas luego de la muerte y que serían de las esquirlas de la moto que fue incinerada por la explosión de su tanque de combustible.
El fiscal de la Unidad Antisecuestro, Joel Cazal, dijo que registraron todo el lugar en el lugar del hecho y que el cuerpo de Barboza se encontraba en un camino vecinal, tendido boca arriba. Varias pertenencias del fallecido no fueron encontradas, por lo que se presume que los atacantes se llevaron lo que tenía, concretamente una cadenilla, un reloj, una escopeta y un revólver calibre 38.
Lo que no se sabe aún es cuántos sujetos eran los atacantes, por lo que se harán averiguaciones con los personales de la estancia. Tampoco podemos asegurar si el responsable es el EPP o si son criminales comunes no podemos hacer conjeturas hasta que la gente de Criminalística tenga resultados de las evidencias recogidas.