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La familia Fick Bremm se aferra con fuerza a lo único que la mantiene en pie que es la esperanza de recuperar a Arlan sano y salvo. Lo que tendría que ser un día de júbilo y festejos, hoy es un día de silencio y tensa espera.
Ayer se cumplieron seis largos y penosos meses de secuestro de Arlan, quien fue tomado de rehén en la noche del 2 de abril, cuando en medio de un tiroteo con la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) se llevaron al menor, no sin antes exigir el pago de US$ 50.000 en víveres para comunidades humildes y US$ 500.000 en efectivo.
Arlan Fick es un joven bastante tranquilo, nos contaba Neusa Fick, hermana del joven, en una de las oportunidades que estuvimos en la casa de los Fick Bremm y al dirigirse a su hermano comentó cómo fue ese día que lo llevaron: "Arlan, entraron en la casa donde vives, ya estabas en tu cama descansando; en ese día cortaste todito el pasto del patio. Quién se imaginaría que en esa noche serías arrastrado por el monte en contra de tu voluntad, y a nosotros nos rompería el alma el no poder hacer nada para evitar que te llevaran".
Le gusta salir con sus amigos, tomar tereré, pasear en motocicleta , jugar play , ver película. Familiero y amigo es Arlan. "Es buenisimo como hermano, casi no daba trabajo, siempre dispuesto a ayudarte", así lo recuerda su hermana Rosinei Fick.
Arlan es el único hijo varón de la familia de tres hermanas. Por eso siempre acompañaba a su papá, don Álcido Fick. Era el ayudante en los trabajos que realizan en el silo que administran en sus tierras de Paso Tuyá, departamento de Concepción.
La noche del secuestro truncó muchos sueños de la familia Fick, ya que Arlan cursaba el segundo año de la media en el colegio Emiliano R. Fernández de la localidad de Azotey. Los compañeros del menor lo extrañan y también acompañan el dolor de su ausencia.
La vida de los Fick ya nunca más volverá a ser la misma, sea cual sea el desenlace de esta historia de terror que comenzó a tejerse la noche del plagio.