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El proyecto de ley “del trabajo doméstico” fue presentado por el senador colorado Derlis Osorio, y aprobado luego de un largo e intenso debate, especialmente sobre el artículo referido al salario y la seguridad social. Mientras tanto, trabajadoras domésticas organizadas aguardaban el resultado de la votación en la misma sede del Congreso.
Se estudiaron dos posturas bien definidas con relación a este proyecto de ley: un grupo de senadores, especialmente el sector no oficialista, apoya que una empleada doméstica gane el salario mínimo legal vigente, que es de G. 1.824.055, con lo cual busca equipararla al resto de los trabajos formales.
Otro grupo pidió que solamente se apruebe el 60% del salario mínimo, según constaba en la propuesta de la Comisión de Legislación. Es decir, G. 1.094.433 mensuales, porque parten de la base de que la doméstica desayuna, almuerza o cena en la casa del patrón; no paga vivienda muchas veces, entre otros beneficios.
El único que se manifestó públicamente a favor de esta propuesta fue el colorado Óscar “Cachito” Salomón, quien “advirtió” que los patrones no tendrán la “capacidad” de pagar el salario mínimo, por lo que muchos quedarán sin trabajo. “Particularmente quiero alertar que va a ser imposible sostener y mantener”, dijo. El colorado Enrique Bacchetta también apoyó lo dicho por su colega en este sentido.
Legisladores, entre ellos Eduardo Petta, explicaron que la Constitución Nacional es clara al respecto, por lo que ni siquiera se debe discutir el salario mínimo. Por su parte, Arnaldo Giuzzio acotó que la Declaración Universal de los Derechos Humanos también se refiere al punto. “A veces es lamentable decir cuánto gana una empleada y trabaja a veces hasta 24 horas”, afirmó el senador Carlos Filizzola. Pagar menos sería algo “ilegal” y “arbitrario”, agregó.
Emilia Alfaro, senadora liberal, criticó lo dicho por Salomón, ya que dijo que no es posible que se quiera legalizar que “un trabajador explote a otro trabajador” con la propuesta del 60% del salario. “No existe justificación jurídica para un salario inferior al mínimo. No hay justificación para hacer una diferencia y discriminación entre un trabajador y otro trabajador”, añadió.
Finalmente, la propuesta de otorgar solo el 60 por ciento del salario mínimo fue la aprobada por la mayoría.
En otro artículo se estableció además que los empleados domésticos pueden ser menores de edad, pero bajo las condiciones autorizadas en el Código de la Niñez. También se aprobó un artículo que autoriza pagar en especie parte del salario y 10 horas de trabajo diario para las empleadas sin retiro.
En otro momento, se aprobó que los patrones registren a sus empleadas domésticas en el Instituto de Previsión Social (IPS), a fin de brindarles seguro social.
El proyecto considera trabajo doméstico: limpieza general del hogar, lavado y planchado de ropa, cuidado de niños que no implique su educación formal y elaboración de comida para consumo exclusivo de los miembros del hogar, además de cuidado de personas adultas mayores, personas con discapacidad y/o enfermos, siempre que las responsabilidades no conlleven tareas paramédicas, limpieza o aseo.
El proyecto de ley pasa a consideración de la Cámara de Diputados para su sanción o rechazo.